Nota de Matias Lértora

Se cumplieron 20 años del estreno de Gladiador (2000). Aquel galardonado film que se llevó la estatuilla máxima en la entrega de los Premios de la Academia.

Hay miles de anécdotas y rumores sobre el rodaje, desde las peleas entre Russell Crowe los guionistas por no querer decir el famoso monólogo “Mi nombre es Máximo Décimo Meridio, comandante de los ejércitos del Norte, general de las legiones medias, fiel servidor del verdadero emperador, Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada y alcanzaré mi venganza, en esta vida o en la próxima”.

Hasta problemas de presupuesto y la muerte de Oliver Reed cuando aún no había terminado de rodar todas sus escenas.

Pese a todo, el film se estrenó y fue un gran éxito. Tanto que casi de inmediato se habló (y se sigue hablando) de una secuela.

¿Pero acaso Maximus no murió? ¡Spoiler alert! A continuación, haremos un repaso de los diferentes proyectos a lo largo de las últimas dos décadas.

Para ello, una nueva entrega de “Grandes películas que no vimos”.

Recordemos que dentro de los pasillos de los diferentes Estudios que tienen base en Hollywood podemos encontrar historias de todo tipo.

Algo que llama mucho la atención es la cantidad de millones de dólares que se gastan en películas que nunca llegan a realizarse.

Años de laburo archivados en una bóveda.

Con el correr del tiempo, muchos involucrados en estos proyectos han hablado e incluso hecho documentales al respecto.

¿Heredero o Resurrección?

Los ‘90 terminaron de cristalizar la explosión de las secuelas, algo que había crecido bastante la década anterior y que ahora sigue siendo moda (junto que remakes, reboots, etc).

El poder de las secuelas era (es) tan grande que se llegó a pensar en una segunda parte de Titanic (1997), sería muy obvio remarcar lo descabellado de aquello. Y entre tantas ideas surgió la continuación de Gladiador. 

En junio de 2001 uno de los productores del film dijo que había empezado a trabajar en una precuela. Pero unos meses más tarde se informó que la película sería una secuela y que la historia se situaría 15 años después.

Se centraría en un joven Lucius tratando de averiguar quién fue su verdadero padre hasta llegar a la revelación que era hijo del gran Maximus.

Todo dentro de la Era de las Guardias Pretorianas en Roma.

La gran sorpresa llegó cuando Rusell Crowe manifestó su interés en volver. Lo cual sonaba muy bien desde lo comercial pero presentaba un gran problema desde lo artístico/verosímil: ¿Cómo hacer para demostrar que en realidad Maximus no murió? ¿O acaso lo resucitamos?

Fue tratar de responder la segunda pregunta lo que hizo que la maquinaria avanzara.

Crowe quería seguir expandiendo el personaje y hacer algo similar a la Saga El Padrino. Para ello se recurrió a los mitos de la “Vida del Más allá” de la mitología romana. Ridley Scott manifestó mucho interés por contar una historia dramática multigeneracional.

En 2006 las ideas sobre esto que tenía el guionista Nick Cave chocaban bastante con el otro film que aún no había sido descartado (el de Lucius) y Dreamworks se encontró en una encrucijada porque no quería producir dos films y había que optar por uno, así que se decidieron por el que iba a ser nuevamente protagonizado por Crowe.

La historia era bastante más alocada porque Maximus no solo resucitaba en Roma años más tarde para defender a los católicos perseguidos por el Imperio, sino que también iba a aparecer en otros hechos históricos relevantes tales como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Vietnam y terminaba con él como un General de alto rango del Pentágono. O sea, tenía muy poco que ver con el relato épico ganador del Oscar. 

El proyecto fue descartado.

Pero desde 2017 se retomó la idea de contar la historia de Lucius, pero ahora situarla unos 25 o 30 años después, y con una participación mínima de Crowe (se especula que en secuencias oníricas).

El guión es de Peter Craig, quien también escribió otra secuela muy esperada: Top Gun Maverick (2021).

Se espera que Ridley Scott vuelva a sentarse en la silla de director, pero nada es seguro y tranquilamente el proyecto puede volver a caerse de la misma manera en la cual viene sucediendo en los últimos 20 años.

Matías Lértora