Robert Littell es un autor especializado en la temática de espionaje que en 1981 sorprendió con un personaje diferente que evadió los clichés del género.

El analista de la CIA Charlie Heller no era un héroe de acción como James Bond o Jason Bourne y utilizaba sus conocimientos de criptografía para cazar a los terroristas que asesinaron a su novia en un atentado.

De alguna manera Heller precedió la llegada de Jack Ryan, de Tom Clancy, que luego presentó algunas características similares. 

La novela se convirtió en un best seller y unos meses después de su lanzamiento en las librerías se adaptó en una película protagonizada por John Savage, quien venía del sobresalir en El francotirador, de Michael Cimino.

La propuesta de Littell en el 2017 tuvo una remake clandestina en American Assassin, con Dylan O´Brien y Michael Keaton donde Heller fue convertido en una agente de campo.

En esta nueva versión producida por Rami Malek, el guión corrió por cuenta de Ken Nolan (Black Hawk Down), quien en el 2017 adaptó la obra más popular de este autor, The Company, en una excelente miniserie protagonizada por Keaton y Chris O´Donnel.

El amateur, que originalmente se desarrollaba en el contexto de la Guerra Fría, en esta oportunidad se ambientó en la actualidad y el personaje principal se acomodó a los modismos frikis que suelen presentar los roles de Malek.

Heller sigue siendo un nerd de oficina pero ahora padece cierta ansiedad social que intenta diferenciarlo de la versión de Savage.

El director James Howes, quien proviene de la televisión británica y había explorado el género del suspenso en la remake de los 39 escalones (2008) no tiene la intención de reinventar el género o establecer una nueva saga y se limita a ofrecer un thriller pasable que resulta entretenido y se deja ver.

En tiempos donde los tediosos clones de John Wick coparon la pantalla, El amateur tiene la intención de retomar el estilo de película de espionaje que se hacía en los años ´90.

Las secuencias de acción no son ambiciosas pero están bien realizadas y el principal atractivo se encuentra en la interpretación de Malek y el reparto secundario donde llega a lucirse Lawrence Fishburne,

Jon Bernthal resulta desaprovechado en un rol que no aporta nada y deja la impresión que el actor filmó sus escenas mientras se encontraba aburrido en un recreo de la serie Daredevil: Born Again.

Su inclusión en este film es desconcertante ya que tiene dos encuentros con Malek y luego desaparece de la nada.

El amateur probablemente no despertará pasión de multitudes pero si estás agotado de los clones burdos de Wick, los pastiches de CGI y el humor idiota destinado a los adultos infantilizados es una propuesta de espías competente que no está mal para distenderse un rato.