No, no es otra Hachiko que te va a dejar demolido en la butaca del cine.

Cada vez que se estrena una película de este tipo algunos lectores suelen consultarme si van a encontrar otro final depresivo como la historia del perro japonés que traumó a mucha gente.

Especialmente la remake americana con Richard Gere que se estrenó en las salas locales.

La propuesta de Arthur tiene sus momentos emotivos pero carece de golpes bajos y la narración del británico Simon Cellar Jones evita manipular las emociones del público.

Esta producción representa su segunda colaboración con Mark Wahlberg luego de la comedia de acción The Family Plan que se estrenó el año pasado en la plataforma Apple +.

Si no fuera porque se trata de una historia real documentada esta película hubiera ofrecido la mejor entrega de la saga Benji desde la inolvidable producción de Disney de 1987.

El canino callejero que protagoniza este relato tiene unas cuantas similitudes con el emblemático protagonista de los filmes de Joe Camp.

No obstante, una particularidad especial de este film y el principal motivo por el que la recomiendo es que desarrolla una amena fusión de géneros entre el cine de aventuras con animales y el drama deportivo.

La trama sentimental entre el canino y el protagonista se ambienta en el mundo del Raid de aventura, una competencia de resistencia que integra la carrera Cross country con el ciclismo, el remo y la escalada.

Dentro del cine deportivo no había antecedentes notables que se centraran en esta categoría específica y el retrato de esa disciplina le aporta a Arthur un enorme atractivo.

El conflicto encima juega con el arquetipo del underdog veterano que Wahlberg saca adelante con una enorme empatía a través de su interpretación.

Añadile al conflicto el corazón de una típica historia de Benji y el espectáculo está servido y no decepciona en absoluto si te atraen esta clase de propuestas.

En el tramo final la dirección de Cellan Jones amaga con entrar en un terreno Hachi que afortunadamente no se llega a concretar porque el relato toma otro rumbo con un final que me pareció satisfactorio.

Para quienes disfrutan esta clase de propuestas Arthur es una de las buenas y merece ser tenida en cuenta.