No me rompan es una gran comedia argentina y hago énfasis en la argentinidad.

Porque si bien su temática es muy actual y universal (o por lo menos, occidental), la impronta local realza cada uno de los lugares comunes en los que cae y hace que se sobrelleven muy bien.

Asimismo, es muy actual y pone de manifiesto una temática muy en boga en los últimos tiempos que tiene que ver con los estándares de belleza en las mujeres, las cirugías plásticas y todo ese mundo.

Pero lo que más disfruté fue cómo se trató desde el humor los ataques de ira. Algo que en el cine habíamos visto desde una óptica similar -pero bajo la lupa de Hollywood- en la película Anger Managment (2003) con Jack Nicholson y Adam Sandler.

La directora Azul Lombardía exprime muy bien lo mejor que tiene en su segunda película: sus protagonistas.

Carla Peterson y Julieta Diaz la rompen en sus roles. Muy buena química.

Y si, puede ser que algunas secuencias tengan un tono exagerado e irreal, pero claramente está buscado. Es el código del film y hay que aceptarlo.

El resto del elenco está bien y algunas apariciones se lucen más que otras.

No mucho más para decir sobre este estreno. Es para pasar un buen rato en el cine al ritmo de una comedia argentina bien ejecutada y cumplidora.