Ya sea porque le dio pereza viajar a Alemania para la filmación o no se enganchó del todo con el guión, Contrarreloj ofrece la interpretación más perezosa y desganada que brindó Liam Neeson en los últimos años.

Un tema que resulta un golpe fatal para una producción que requería de su carisma y energía para levantar la propuesta.

Curiosamente la película fue producida por Jaume Collet-Serra, quien previamente dirigió al actor en títulos pochocleros decentes como Unknown, Non-Stop, The Commuter y Run All Night, que en mi opinión fue la mejor colaboración entre ellos.

En este caso la dirección corrió por cuenta de Nímron Antal (Predators) a quien le tocó sacar adelante la tercera remake que se hizo del thriller español, El desconocido (2015), protagonizado por Luis Tosar.

Hace unos meses tuvimos en los cines la versión coreana que le pasa el trapo en materia de acción a la producción hollywoodense.

Sobre todo en lo referido a la realización de persecuciones automovilísticas.

La historia es la misma con la diferencia que la tensión del relato y el suspenso en esta representación se desarrolla a media máquina y por consiguiente no genera la misma atracción que las películas previas.

Si a esto le sumamos que Neeson trabaja en piloto automático hay que hacer un esfuerzo para engancharse con el espectáculo que propone Antal.

Si desconocían las anteriores la mejor recomendación es buscar la original o la remake coreana ya que la versión norteamericana es la más floja de todas.