A lo largo de un año y medio, Jeff Zorrilla filmó obsesivamente escenas de su vida cotidiana durante la pandemia. Aunque rápidamente toma la forma de un diario, la película también muta hacia otras formas, como la epistolar, pero siempre a través del collage, la superposición y yuxtaposición de figuras, colores y luces. Narra desde ese sentido melancólico y familiar que le da la textura del material en 16 mm. Diarios del Encierro explora los miedos, la ilusión, la desilusión y, sobre todo, los grandes cambios en la vida de Jeff y su familia desde la incertidumbre de aquel marzo de 2020.