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Infierno en la tormenta rompe la mala racha de películas fallidas que ofreció en los últimos años la filmografía de Alexandre Aja.
Uno de los realizadores destacados dentro del denominado “Nuevo cine de horror europeo” que cobró notoriedad a comienzos del siglo 21.
Su intenso debut en el género con Alta tensión, en el 2003, le dio la posibilidad de insertarse en la industria de Hollywood, donde desarrolló desde entonces su carrera con resultados irregulares.
Entre sus películas destacadas sobresalieron las remakes de The Hill Haves Eyes (2006) y Piraña (2010), mientras que sus filmes más recientes, Horns (2013) y The 9th Life of Louis Drax no fueron bien recibidas por la prensa y el público.
En su nuevo proyecto, con la asistencia de Sam Raimi en la producción, el cineasta francés ofrece una sólida propuesta clase B centrada en el thriller de supervivencia.
A través de una premisa argumental muy sencilla y con dos artistas como únicos protagonistas (Kaya Scodelario y Barry Pepper) la película consigue desarrollar un gran entretenimiento dentro del género.
Infierno en la tormenta no tiene más pretensiones que entretener al público con un relato de suspenso que está muy bien construido desde la realización.
Aja establece la premisa argumental en los primeros 10 minutos del film y resto de la trama se concentra a fondo en las situaciones de acción y suspenso, que en algún momento también coquetean con el cine de horror.
Este tipo de producciones no requiere demasiada intelectualización en su análisis y la calidad del espectáculo depende de la habilidad de su director por mantener enganchado al público con el conflicto.
Un detalle que me gustó mucho de este estreno es que los caimanes que acechan a los protagonistas no tuvieron un tratamiento exagerado, como sucedía en Lake Placid (1999), con Brendan Gleeson, donde el cocodrilo central en ese caso tenía un tamaño grotesco.
Acá los animales se ven más realistas y tampoco tienen un perfil de villano sino que actúan acorde a su naturaleza.
El desafío de los protagonistas no pasa tanto por eliminar a los animales sino de salir de la casa en la que están atrapados para conseguir ayuda en el medio de un huracán.
Aja presenta un gran trabajo con las situaciones de suspenso y Kaya Scodelario consigue destacarse en el rol protagónico.
Se trata de una película corta que se disfruta mucho si la idea es pasar un momento ameno con una propuesta de este tipo.
Los realizadores no tuvieron tampoco más pretensiones que esa y cumple con el espectáculo que brindan.