Su cinematografía, color y la poderosa actuación de Williem Dafoe hace que Van Gogh: En la puerta de la eternidad sea un film visualmente increíble y narrativamente también es sorprendente. Siguiendo a un protagonista que quiere retratar el mundo de la forma que él ve pero casi nadie lo puede comprender. Una de mis películas favoritas del 2018, sin duda, y mejor que Loving Vincent en el aspecto del guión. La recomiendo.

Coincido con Lértora en que es una película engañosa, porque parece una biografía, pero en realidad su interés es abordar cómo Van Gogh entendía su arte y su lugar en el mundo, a partir de la poca comprensión hacia su obra. La película es básicamente un ensayo de un pintor sobre otro pintor. Es correcta en todos los sentidos, sobre todo en las actuaciones, pero creo que el conflicto central no le va a llegar a todos los espectadores. Además, narrativa y visualmente queda muy por debajo de esa pequeña obra de arte que fue Loving Vincent.