Es mucho más interesante, divertida y emotiva que lo que lo que promete su horrendo título en español. Se trata de un grupo de hombres de mediana edad que viven algún tipo de crisis (familiar, laboral, económica...) y hallan en el nado sincronizado no sólo una zona de evasión, sino también un espacio para ser ellos mismos y construir nuevas relaciones, aunque eso implique ser objeto de burlas constantes, dado que el nado sincronizado no es un deporte que se asocie con la masculinidad. Como buena comedia francesa, no cae en el chiste fácil, ni en los personajes esterotipados, aunque su final resulte un tanto predecible.