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Huye es una de las producciones más interesantes que brindó Jason Blum, el productor que en la última década monopolizó prácticamente el género de terror en Hollywood.
Blum fue responsable de sagas como Actividad Paranormal, La noche del demonio y La purga y el año pasado alcanzó el récord de 16 películas estrenadas en un período de 12 meses.
Por supuesto no todas las cosas que produce son buenas pero cada tanto presenta alguna propuesta atractiva.
En este caso se trata de la ópera prima del comediante Jordan Peele, quien desarrolla un gran thriller de horror donde explora la temática del racismo de un modo original.
Durante gran parte del conflicto el director consigue capturar la atención por la manera en que trabaja el suspenso y la tensión entre los personajes.
Huye es un film muy particular porque el 80 por ciento de la trama se concentra en conversaciones y situaciones de misterio.
Sin embargo, Peele consigue atraparnos por completo en su relato gracias a su dominio del suspenso y un reparto que logró hacer interesantes a estos personajes.
Daniel Kaluuya, el protagonista de esta historia, le dio aportó una gran humanidad a su papel, quien logra generar empatía por el modo que evita los clichés que suelen tener estos roles.
El nivel del reparto en general es muy bueno y se luce en un papel inusual Catherine Keener, actriz relacionada con el cine independiente que no suele trabajar en esta clase de propuestas.
En Huye me gustó mucho la manera en que se construyó el misterio que se esconde detrás de la familia que recibe con entusiasmo y una mentalidad abierta al novio negro de su hija.
Las situaciones de tensión que luego se desarrollan entre los personajes estuvieron muy bien trabajadas y califica entre los más destacado de la labor de Jordan Peele.
La película fue muy elogiada en Estados Unidos por la manera en que se expresa sobre el racismo, pero en lo personal no creo que sea el elemento más fuerte de este estreno.
Los elogios son pura basura de corrección política e ignoran el hecho que el director abordó la segregación racial de un modo extremadamente simplista.
El mensaje de Peele se resume en que los blancos son la peor escoria del planeta y envidian a la raza negra que es superior y más inteligente.
Cuesta bastante tomar en serio el comentario social de este film que por supuesto queda bien alabar en los medios.
El racismo es mucho más complejo que el enfoque que presenta Huye, cuyos diálogos humorísticos también generan que el relato no sea tomado demasiado en serio.
No obstante, la película logra ser muy atractiva hasta que se revela el misterio del conflicto que es muy tonto y carece por completo de sentido.
El atractivo que tenía el argumento se desinfla bastante en los cinco minutos finales donde el director optó por cerrar el film con una resolución más trillada.
De todos modos, sin ser una obra impecable, la ópera prima de Peele es muy entretenida y merece ser tenida en cuenta por los aficionados del género.