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La saga con el agente secreto Mike Banning, producida por Gerard Butler, nunca contó con el apoyo de la crítica pero fue más aceptada por el público seguidor del género.
Una serie desarrollada dentro del circuito independiente que retoma el viejo cine de acción de la vieja escuela.
Resulta una tarea sencilla pegarle a esta película por los numerosos clichés que contiene pero creo que quienes disfrutaron las entregas previa la pueden llegar a apreciar un poco más.
En lo personal Presidente bajo fuego me compró con la memorable presentación del abuelo Banning a cargo de Nick Nolte y la desopilante escena de la cumbre del G20.
La película es terriblemente predecible y carece de ese sentido del humor irreverente que tenía el protagonista en la entrega previa.
En esta oportunidad el argumento refrita el clásico conflicto de El fugitivo donde nuestro héroe debe limpiar su nombre por un crimen que no cometió.
Un territorio que el agente Ethan Hunt de Tom Cruise exploró en varias oportunidades en la franquicia Misión Imposible. Tal vez demasiadas.
Al comienzo del film se plantea una situación interesante en torno a la salud de Mike Banning, cuyas aventuras previas le pasan la factura en su físico, además del estrés emocional.
Una idea atractiva porque ubicaba al personaje en una clara desventaja ante el nuevo enemigo.
Lamentablemente esta cuestión luego queda a mitad de camino y cuando se desata la acción el protagonista se desempeña con las mismas habilidades de siempre.
La gran adición de esta película pasa por la participación de un gran Nick Nolte que tiene momentos fabulosos como el padre del agente del servicio secreto.
Con un rol muy limitado Nolte deja una muy buena impresión y tiene algunos momentos graciosos.
La interacción padre e hijo brindan esas escenas zarpadas y graciosas en materia de violencia que tenía más presencia en la entrega previa.
La dirección en esta oportunidad corrió por cuenta de Ric Roman Waugh, responsable de Snitch (2013, una película de acción donde The Rock se lució en un rol más dramático.
Al igual que ocurrió en la entrega anterior de esta serie las secuencias de acción tienen sus mejores momentos cuando el director se centra en tiroteos y peleas cuerpo a cuerpo.
Cada vez que la película trabaja la acción a gran escala la realización derrapa con los ya clásicos efectos digitales paupérrimos de la productora Millenium.
Entre las nuevas incorporaciones del reparto, Piper Perabo reemplaza a Radha Mitchell como la esposa de Banning en un rol intrascendente y Danny Huston (Wonder Woman) le pone un poco de onda a un villano predecible que al menos logra ser funcional a la historia.
Presidente bajo fuego está lejos de ser una gran película de acción pero ofrece un pasatiempo entretenido para quienes busquen distraerse un rato con este tipo de propuestas.