Finalmente llega al cine, luego de una larguísima espera, el sueño de cualquier fan de los musicales de Broadway: Wicked.

Aquella precuela de El Mago de Oz que supo cautivar al público masivo durante incontables temporadas y cuyas canciones son hits absolutos.

La gran sorpresa fue la división en dos películas (con un año de separación) que llevará la historia a un total de cinco horas. Dos más que la versión teatral.

Obvio que hay una búsqueda económica detrás, pero se encuentra sustentada por una decisión artística acertada ya que esta primera parte se encarga de introducirnos en ese mundo hasta llegar al punto más alto de las protagonistas pero luego mostrarnos la caída de una (la que se convertirá en la Malvada Bruja del Oeste. Y no es ningún spoiler)

También vale destacar que esta producción ha sido carne cañón para todo tipo de comentarios racistas tanto por el casting de Cynnthia Erivo como Elphaba e incluso Ariana Grande como Glinda.

Lo cierto es que ambas la rompen y se retroalimentan de manera espectacular. Encandilan la pantalla en cada uno de sus números, enamorando con sus voces y todos su recursos.

El resto del cast está muy bien, ya sea Jeff Goldblum, Michelle Yeoh o los grandes cameos de las actrices que dieron vida a estos personajes en las tablas: Idina Menzel y Kristin Chenoweth.

Se nota que el director Jon M. Chu, quien viene de rodar In the heights(2021) es gran fan del material por cómo logró plasmar tanto al mínimo detalle.

Suma mucho la combinación de CGI con efectos prácticos y ni hablar del tremendo vestuario (Oscar casi asegurado).

Wicked se perfila para ser una de las mejores adaptaciones musicales del teatro al cine. Veremos cómo continúa.