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El conjuro es algo que hace rato se le pedía a la cartelera.
Es decir, una película de terror decente para ver.
Después de tanta basura olvidable que pasó por las salas en el 2013 esto es lo mejor que vimos hasta ahora junto con Cabin in the woods y Mamá.
El director James Wan, el creador de SAW, volvió con una propuesta muy interesante que está basada en hechos reales y narra uno de los casos más famosos de los investigadores paranormales, Ed y Lorraine Warren.
Este matrimonio saltó a la fama en la década del ´70 por ser los primeros expertos en estos temas que trabajaron en la célebre casa embrujada de Amityville, que inspiró luego toda una saga de películas.
Hace unos años el film Invocando espíritus, que estaba relacionado con la ciudad de Connecticut, también se inspiró es uno de los casos de los Warren.
El conjuro narra con más detalles la experiencia que vivieron los miembros de la familia Perron cuando se mudaron a una casa embrujada y también se hace referencia a la famosa historia de la muñeca Annabelle (Ver Dato Loco).
Lo que me encantó de este película, más allá que está impecablemente filmada y tiene un tremendo reparto de actores profesionales sin personajes estúpidos, como estamos acostumbrados a ver últimamente, es que James Wan volvió a trabajar el tema de las posesiones demoníacas con un enfoque distinto.
Esta nueva producción, al igual que La noche del demonio, está relacionada con las posesiones satánicas, pero la manera en que desarrolló la historia fue completamente diferente.
El film anterior se enfocaba más en los aspectos fantásticos mientras que en El conjuro el terror se elaboró más desde lo psicológico.
La película evoca claramente a las producciones de terror de los años ´70 que trabajaron esta temática como El exorcista, Terror en Amityville y Centinela de los malditos (Michael Winner). La manera en que se presentan los créditos iniciales, sobre todo el diseño del título del film está claramente en sintonía con esta cuestión.
El conjuro es una propuesta de terror en serio, con actores profesionales, donde su director tuvo la grandeza de no filmarla para el público más adolescente que necesita que todo suceda rápido en cinco minutos con una edición frenética.
Wan se toma el trabajo para presentar bien a los personajes y desarrollar el conflicto que es algo que no suelen hacer los filmes horrendos que llegaron en el último tiempo al cine.
La banda sonora de Joseph Bishara es excelente y desde que aparece el logo de Warner te pone en clima para disfrutar la historia. Por otra parte, el director tampoco abusó de la música y supo utilizarla en los momentos adecuados.
Patrick Wilson, Vera Farmiga y Lili Taylor están brillantes en sus personajes y la verdad que es otra cosa cuando hay actores de verdad y no los adolescentes ignotos que suelen protagonizar estos filmes.
Hace mucho tiempo que no disfrutaba tanto un estreno de terror y El conjuro creo que se destaca entre lo mejor del año dentro de este estilo.
La buena noticia es que todavía queda un encuentro más con el cine de James Wan en unos meses cuando llegue a las salas la continuación de La noche del demonio.
EL DATO LOCO: