Aunque La profecía fue aniquilada en las reseñas por la mayoría de los críticos en 1976, el público apoyó en los cines la obra de Richard Donner que sobresalió entre los filmes más taquilleros de esa década.

El reconocimiento artístico llegó mucho tiempo después y en la actualidad la película es considerada un clásico del género.

De un modo similar a lo que ocurrió con El exorcista, en Hollywood tuvieron enormes dificultades para construir una franquicia sólida en torno a la figura de Demian Thorn, el hijo del Diablo.

Todas las continuaciones que se hicieron en años posteriores fueron filmes mediocres y mejor olvidar la horrenda remake del 2006 que protagonizó Julia Stiles.

Demian también fracaso miserablemente en la televisión y ni siquiera el propio Donner pudo sacar adelante una serie que no pasó de su piloto en 1995, dirigido por Jack Sholder (Alone in the Dark, Pesadilla 2).

La producción más reciente realizada por el canal Lifetime fue cancelada tras sus primeros diez episodios.

Frente a este contexto negativo, sumado al hecho que las precuelas en muy raras ocasiones llegan a enriquecer la obra original y tienden a ser obsoletas (este estreno no es la excepción), la ópera prima de la directora Arkash Stevenson al menos consigue quedar bien parada con una producción digna.   

 Sin ser una propuesta memorable del género de terror La primera profecía sobresale como el proyecto más decente que brindó la franquicia desde la película original.

En este relato la realizadora abraza el estilo de narrativa que se implementaba en los años ´70 para construir un típico exponente del subgénero del Nunsploitation, centrado en los relatos de monjas perturbadas o psicópatas que fueron muy populares en aquellos años.

El film comprende casi todo el catálogo de elementos que solían tener estos filmes donde no está ausente la crítica hacia la Iglesia Católica por los abusos sexuales de mujeres dentro de la institución.

Se nota que Stevenson conoce los títulos esenciales de esta temática y los evocó con efectividad dentro de un proyecto que tenía que vender el origen de Demian.

Su labor sobresale principalmente en los aspectos técnicos con una cuidada puesta en escena de las ambientaciones macabras.

No abusa de los jumpscares, opta por construir momentos de horror a través del suspenso y cuando retrata situaciones de violencia va al hueso.

 La película se ve favorecida por un buen reparto donde se luce en el rol principal Nell Tiger Free como una joven novicia que investiga un orfanato turbio de Roma.

Una enorme debilidad de este film es que la trama resulta penosamente predecible y no le aporta nada sustancial o relevante a la historia original.

Todo lo que tenés que saber del origen de Demian te lo cuenta Donner en la primera entrega.

El film además cae en la tontería de replicar escenas clásicas de La profecía que parecen haber sido incluidas por los productores para recordarle al público a que franquicia pertenece la propuesta.

Pese a todo, frente a los mamarrachos recientes de Blumhouse con Halloween y El exorcista, en este caso al menos queda una película que se deja ver y cuenta con un buen trabajo de realización.

Lo mejor de La primera profecía es la aparición de una nueva directora que será interesante de seguir a futuro.

En este debut demostró que conoce el género y tiene un dominio de la tensión y el suspenso.

Habría que ver que puede hacer con una propuesta más original donde no tenga la obligación de relanzar una franquicia olvidada con el objetivo de vender más continuaciones.

Se está poniendo de moda revisitar grandes clásicos del terror y expandir sus historias. Se hizo con la última trilogía de Halloween (las dos primeras muy buenas y la última muy mala) y el año pasado arrancó la nueva etapa de El Exorcista.

Ahora le toca a la excelente The Omen (La profecía), la película de Richard Donner de 1976, que fue un éxito abrumador y que también se la considera una película maldita, tal como pueden leer aquí.

Hubo dos secuelas (podríamos catalogarlas como buenas) que conformaron la “trilogía original”. Una estrenada en 1978 y otra en 1981. Luego hubo películas para TV, malos reinicios y una remake en 2006.

La primera profecía es una precuela al film original y -grata sorpresa- una excelente película de terror.

Me mantuvo tensionado en todo momento y superó todas mis expectativas pese a los clichés típicos. O sea, los jump-scares están muy bien puestos.

Pero lo que destaco por demás, son dos secuencias estilo gore que tienen que ver con partos. No puedo decir más. Pero sepan que son muy fuertes y que pueden impresionar.

La directora Arkasha Stevenson, quien viene del indie, hace un excelente laburo en puesta y construir climas,

Y la actriz protagónica Nell Tiger Free está a la altura de lo exigido, en un papel jugado y comprometido. Entregando su cuerpo a pleno.

Me encantaría contar más, pero no puedo.

Reitero que sufrí (en el mejor sentido de la palabra y aplicable a una película de terror) y quiero acentuar la excelente conexión que tiene con la obra original.

No se la pierdan.