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Paddington 2 es la mejor película infantil que se estrenó en los últimos años fuera del género de animación.
Una especie en extinción de esas que ya no llegan a la cartelera porque los filmes para niños en el último tiempo se limitan a seguir fórmulas trilladas que repiten el mismo concepto una y otra vez.
Lo pudimos comprobar la semana pasada con la desapasionada y mediocre película de El pájaro loco que no era otra cosa que un refrito más de Alvin y las ardillas.
En el 2014 el productor David Heyman, responsable de la saga de Harry Potter, sorprendió con la brillante adaptación de Paddington en el cine; un personaje que en Inglaterra representa un auténtico ícono popular.
En Londres el oso fue homenajeado con una estatua y los libros de cuentos del autor Michael Bond son un clásico del género.
La primera película, que en su momento formó parte de mi top ten anual, sorprendió por el cariño que expresaba a la obra original y sus cualidades estéticas.
En esta segunda parte, el productor Heyman reunió al mismo reparto y equipo técnico, incluido el director Paul King, para desarrollar una continuación que supera a la entrega previa.
La historia explora los esfuerzos de Paddington por encontrar su lugar en la comunidad inglesa y aunque no todo el mundo lo acepta con brazos abiertos, su gentileza y simpatía eventualmente transforma la vida de cada persona con la que entra en contacto.
Sin caer en la predica moralista, el film transmite a los más chicos un gran mensaje de aceptación y tolerancia a través de este particular inmigrante peruano que busca su lugar en la ciudad de Londres.
Una particularidad de la nueva entrega es que esta vez la trama se enfoca más en el misterio y la aventura, con un conflicto atractivo que se dispara cuando Paddington termina en la cárcel por un robo que no cometió.
Resulta un placer sentarse a ver un film de este género donde no hay situaciones idiotas, escenas escatológicas de mal gusto ni publicidades de productos insertadas en la historia cada dos minutos.
Los ingleses le encontraron la vuelta al personaje para desarrollar esta propuesta con un humor más sofisticado sin caer en situaciones vulgares.
Paddington tiene una inocencia especial que ya no es frecuente de ver en el cine infantil hollywoodense, algo que encima se potencia con la sensibilidad de la historia.
Desde los aspectos técnicos la película sorprende con un espectáculo de primer nivel que ofrece algunas escenas fantásticas.
Presten atención a lo que hace el director con la secuencia en la que el protagonista sueña con realizar un paseo turístico por Londres junto a su tía. Un momento de pura belleza cinematográfica que ya no se encuentra con frecuencia en las propuestas infantiles.
Por otra parte, el trabajo con las expresiones faciales del oso es imponente y una vez más los realizadores lograron que nos olvidemos por completo el hecho que el personaje fue recreado con efectos especiales.
En este aspecto también jugó un rol clave la interpretación de Ben Whishaw quien genera una empatía especial con Paddington.
En la versión doblada al castellano Nicolás Vázquez estuvo a cargo de la voz del oso, pero como vi la versión original en inglés no puedo mencionar por el momento si esto distorsionó el retrato del personaje.
Paddington 2 es una propuesta que más allá de narrar una buena historia entretenida reúne un elenco de lujo con grandes artistas del cine inglés como Sally Hawkins, Julie Walters, Jim Broadben, más las incorporaciones de Brendan Gleeson y Hug Grant, quienes tienen muy sus momentos destacados.
A quienes disfrutaron la primera película especialmente recomiendo que no dejen pasar esta continuación ya que es la mejor propuesta familiar que encontrarán en la cartelera durante un largo tiempo.