Entre el documental y la ficción Ettore Scola construye un sentido homenaje a Federico Fellini. Lo interesante del film es el encuentro entre Fellini y Scola. Con mucha poesía, excelente música y buenas actuaciones, el film es un gran documento cinematográfico de como dos grandes crecieron y cambiaron el lenguaje del cine. Para verla

Una peli que puede interesarle, básica y principalmente, a fanáticos de Fellini. Tiene algunos pasajes interesantes y algunas imágenes de archivo que pueden aportar algo, pero, en general, la película naufraga en la falta de argumento, y se torna medio pesadita. Una de los mejores momentos es el final: una especie de videoclip con una selección de fragmentos de sus películas y la música de Nino Rota. Pero para es altura ya es tarde: la mayoría de los espectadores nos aburrimos un buen rato, y ese final no llega a compensarnos.

Mezcla de documental con película biográfica, esta cinta es básicamente el homenaje de un amigo a otro. No es una obra para aprender sobre el aporte de Fedérico Fellini al Cine, ni para conocer en profundidad su vida íntima. Su objetivo es contar el Fellini que conoció Ettore Scola, otro gran director italiano. Scola se concentra en contar el proceso creativo de la obra de Fellini a través de dos situaciones fundamentales: su pasó como caricaturista de una revista política, en la que Scola también trabajó. Y por otro, sus paseos en auto por Roma huyendo del insomnio. En esos paseos, Fellini encontraba gente que lo hacían cuestionar y reafirmar su visión del arte. Es una cinta nostálgica.