Hay una película erótica que se pasó mucho por videocable en los 90s, se llama Scorned (1993). En ella, la legendaria Shannon Tweed interpreta a una mujer que se muda como empleada/maestra del hijo de la familia que iba mal en el colegio y termina teniendo un vínculo sexual con todos los integrantes.

Aquí ocurre algo parecido en el plot, pero con grandes diferencias ya que no es un film erótico per se, pero si su atmósfera.

Ese es el mayor acierto de la ópera prima de Mariana Wainstein, quien construye un clima de tensión constante y cierto misticismo sobre el eje central: Linda.

Así se llama este estreno y el personaje principal. Bien interpretado por Eugenia “la China” Suarez, acompañada por Rafael Spregelburd, Julieta Cardinali y Minerva Casero.

Linda es magnética y lo sabe. Explota su poder de seducción y la cámara lo capta muy bien, pero el problema es que nosotros (los espectadores) nunca nos enteramos para qué ni hacia dónde va.

La historia construye, pero no delibera. Promete, pero no cumple.

Hay tensión clasista, hay culpa y hay morbo. Hay una clara influencia de Parasite (2019) y Sofía Coppola. Pero te quedás con ganas de más.

En su mejor momento, el film termina.

Linda es una bella carta de presentación para su directora, una muestra de versatilidad para su protagonista y un gusto a poco para el espectador.