El Bufón es una película inspirada en una trilogía de cortometrajes que se estrenaron en You Tube entre el 2016 y el 2019.

Los trabajos del director Colin Krawchuck, que no superaban los 500 dólares de presupuesto, giraban en torno a una criatura que representaba la encarnación de la festividad de Halloween.

Pese a su notable parecido del personaje con el payaso Art de Terrifier los relatos no se concentraban en el slasher gore sino que jugaban más con el folclore sobrenatural.

La verdad que ninguna de esas propuestas brindó un relato de horror notable pero consiguió hacer un poco de ruido en internet.

Eduardo Sánchez, uno de los realizadores de El proyecto Blair Witch, quien hace más de 20 años que no presenta un título decente dentro del género, produjo esta película donde el director Krawchuk expandió el concepto de sus cortos con un poco más de presupuesto.

El resultado es un film penosamente aburrido que no consigue desarrollar de un modo atractivo la premisa de las obras previas.

En realidad más que una propuesta de terror la trama ofrece un drama psicológico centrado en el tema de la culpa que incluye elementos del género de terror.

El bufón, que en los cortos generaba cierto misterio con sus apariciones, en esta oportunidad terminó convertido en un psicópata trillado que mata gente sin mucho sentido, como si los realizadores hubieran tenido que justificar la promoción de la película centrada en el horror.

La narración se queda demasiado corta en materia de tensión y suspenso y los 90 minutos de duración, que se hacen eternos, ofrecen un espectáculo tedioso que no justifica el costo de una entrada de cine.

La pueden esperar en algún canal de televisión que no se pierden nada relevante.

Salvo contadas excepciones, que son remarcadas (y celebradas) en este espacio cuando hay algún estreno que lo amerite, el cine de terror no innova. Y El bufón no es la excepción.

Estamos ante otra película bien genérica, con todos los clichés de manual y donde, ni si quiera, funcionan los jump-scares.

O sea, no te asustás.

Lo único pintoresco es el personaje que le da el título. “The Jester” (El bufón) tiene fuerza propia y mérito como para que se pueda hacer más con él.

Pero aquí todo es muy de telefilm: el elenco y la puesta. Incluso la fotografía posee una “configuración” donde se resalta una mala iluminación.

No hay mucho más para destacar. Un producto muy mediocre y más que olvidable.