Better Man trascendió entre los mayores fracasos comerciales del 2024.

Realizada con un presupuesto de 110 millones de dólares la película en Estados Unidos apenas recaudó 20 millones y la cifra paupérrima no se relaciona con la calidad del contenido sino con la escasa popularidad de Robbie Williams en ese país.

El artista británico nunca pudo conectar con el público estadounidense como lo hicieron Ricky Martin o Enrique Iglesias dentro del género pop y por ese motivo esta propuesta no despertó interés.

Más allá de los resultados comerciales el director Michael Gracey (The Greatest Showman) ofrece una biografía muy emotiva que funciona gracias a la combinación de dos factores claves.

La capacidad del cineasta para trabajar con ingenio y creatividad los clichés del género y la honestidad brutal de Williams a la hora de exponer su historia de vida.

El concepto de presentar al protagonista como un simio es un gancho que despierta curiosidad, sin embargo después de unos minutos te olvidás que es un personaje de CGI y comprás la propuesta por el modo en que se trabajan los temas centrales de la trama.

El mono es un espejo distorsionado de la mirada interna del cantante que desvela las complejas relaciones que tiene con su propia imagen y las de los demás. 

Better Man explora las presiones habituales que enfrentan a menudo los artistas al  conseguir un enorme grado de popularidad y la trama resulta más interesante todavía cuando retrata los problemas de salud mental que afectaron a Williams durante gran parte de su carrera.

La película incluye las canciones conocidas de su repertorio que el director incorpora en el relato como un instrumento más de la narración.

Por consiguiente, los temas escogidos no suenan como un material para promocionar un disco de grandes éxitos y tienen la función de ilustrar los sentimientos del personaje principal en diversos pasajes de la trama.

Dentro de las secuencias musicales sobresalen especialmente Rock DJ, con una fantástica puesta en escena que emula un extenso plano secuencia, y el cover de My Way que hacia el final resulta muy emotivo en el contexto de la historia.

En mi vida escuché tres canciones seguidas de Robbie Williams y el film me pareció fascinante por la dinámica dirección de Gracey que le aporta mucho corazón a una película que podría haber sido otra biografía genérica de Hollywood.

Ya sea que te encantó en el pasado The Greatest Showman o seguís los trabajos del ex integrante de la banda Take That, Better Man es una gran opción para tener en cuenta.