Más que por su contenido artístico Longlegs quedará en el recuerdo por la extraordinaria campaña publicitaria que humilló a los departamentos de marketing de los grandes estudios de Hollywood.

Con un presupuesto limitado y mucha creatividad la distribuidora Neon apostó al contenido digital y una estrategia inspirada en el fenómeno de El proyecto Blair Witch.

En lugar de pagar una fortuna en los canales de televisión con trailers que resumen las películas los publicitas desarrollaron videos misteriosos de corta duración que llamaron la atención con una serie de mensajes crípticos.

 El material se volvió viral en You Tube al conseguir 30 millones de reproducciones y contribuyó a generar interés por el film en los meses previos al estreno.

Además de una página web que documentaba una serie de crímenes falsos la distribuidora contó con la ayudita de los miembros del Club de Amigos de la exageración que crearon en la prensa un hype demencial.

Para Neon funcionó a la perfección ya que el público asistió a los cines y en los Estados Unidos obtuvo una recaudación de más de 100 millones de dólares.  

 Los elogios exagerados luego se convirtieron en un arma de doble filo que perjudicó el visionado de la película, debido a que la obra del director Osgood Perkins está muy lejos de alcanzar el nivel de jerarquía que vendieron algunas mentes trasnochadas.

Ubicar a Longlegs al mismo nivel de El silencio de los inocentes, Seven y Manhunter (de Michael Mann) es un ejercicio impune de estupidez que no se puede tomar en serio.

 Perkins, responsable de Gretel y Hansel, en este proyecto tuvo la intención de combinar el género policial con el terror de un modo similar a lo que hizo en la literatura William Blatty con su novela Legión, la continuación de El exorcista.

Un relato que asociaba los casos de asesinos seriales con las posesiones demoníacas y que fue adaptado por el autor en el cine en 1990.

Lo mejor de Longlegs se encuentra en su inmaculada realización donde sobresale especialmente la capacidad del director para construir atmósferas de tensión con su narración.

Toda la labor de fotografía, diseño de producción y el modo en que utiliza la simbología es impecable.

La trama se desarrolla en los años ´90 en una clara referencia al período de gloria que tuvieron los asesinos seriales en el cine hollywoodense con películas muy populares.

Si bien hay referencias a un par de clásicos del pasado, que el público identificará con facilidad, Perkins no abusa de los homenajes y elabora su propia historia.

Dentro del reparto Maika Monroe, recordada protagonista de It Follows, ofrece una interpretación decente como una agente del FBI mientras que Nicolas Cage desentona con un personaje complicado.

Depende de como aceptes su rol el film puede resultar una propuesta intensa o una comedia desopilante.

En lo personal no lo pude tomar en serio y no ayudó para nada que su aspecto sea una mezcla entre la clásica Inesita de Antonio Gasalla y Eddie Vedder.

Ante esta situación creo que fue un enorme acierto del director mantener bajo control las excentricidades habituales del artista y no exponerlo demasiado en la trama.

Cinco minutos más de Longlegs y esta película se convertía en una propuesta de John Waters.

El film comienza con una intriga muy atractiva pero luego se desinfla por completo cuando Perkins abraza el contenido tonto del cine de M.Night Shyamalan en un clímax decepcionante centrado en coincidencias convenientes, discípulos del jefe Gorgory y situaciones que no tienen el menor sentido.

Longlegs se embrolla con una trama que mezcla a los asesinos seriales con muñecas macabras, posesiones demoníacas, monjas y un misterio cuya resolución deja sabor a poco.

Demasiada intriga para un desenlace que no termina de convencer como propuesta de terror ni relato policial.

Si llegás al cine con las expectativas bajas la película se deja ver aunque termine en el más completo olvido antes que concluya la primera quincena de septiembre.

Desde hace meses se viene hablando de que Longlegs es una obra maestra del cine del terror y que la actuación de Nicholas Cage es memorable.

Bueno, no es tan así.

Y ojo que me gustó mucho la película, pero viene con un hype desmedido.

Está bien construida, tensiona y por momentos asusta. Eso es un montón. Pero no es la mejor del año.

Es tétrica y el elemento diabólico está muy bien trabajado tanto desde la historia como desde lo visual en los momentos en donde insertan fotogramas que si pestañeas te los perdés.

El director Osgood Perkings hace un gran laburo desde la fotografía, ya desde el opening en 4:3 con granulado setentero es una demostración de intenciones bien llevadas.

Una propuesta mucho más elevada que sus trabajos previos, siendo Gretel and Hansel (2015) la más comercial.

Ahora bien, el film se está promocionado como "protagonizado por Nicholas Cage" y eso es falso.

Su rol se reduce a reparto menor, pasa que es muy llamativo y lo hace muy bien. Aunque muchos dicen que sobreactuado

La verdadera protagonista es Maika Monroe, una actriz que debería tener más reconocimiento del que posee y que podríamos considerar como una de las reinas del terror moderno ya que es la que protagonizó It follows (2014) y ahora retorna para la esperada secuela.

Aquí vuelve a demostrar que el género es lo que mejor le sienta.

No hay mucho más para decir sobre Longlegs, es un buen "policial de terror" que merece ser visto en el cine.