Código: Traje Rojo es una producción de Amazon que tiene la ambición de iniciar una nueva franquicia con elementos del cine decadente de Marvel (post Endgame) y Rápidos y furiosos en un contexto navideño.

Sinceramente me sorprendería que esto consiga tener una continuación ya que la primera entrega es bastante mediocre y se borra enseguida de la mente tras el primer visionado.

No se podía esperar otra cosa del guión de Chris Morgan, en cuyo prontuario figuran títulos como Hobbs & Shaw, Shazam 2 y las últimas entregas de la saga de acción de Vin Diesel.

A favor de Morgan se puede destacar que el concepto de este film cuenta con algunas ideas interesantes.

La premisa central fusiona la buddy movie de acción con elementos del folclore navideño europeo que incluye a personajes tradicionales como Krampus (que tuvo una buena producción hace unos años) y Gryla, otra criatura fantástica que no contaba con antecedentes en el cine.

El concepto está bueno el problema es que Amazon reunió un conjunto de artistas a los que no les interesó la propuesta y por un cheque tentador desarrollaron sus tareas de un modo desganado.

En Codigo: Traje Rojo encontramos al elenco más desangelado del 2024,  cuyas actuaciones en piloto automático trasmiten con claridad que no tenían ganas de ser parte de la película.

Todos aparecen aburridos en sus roles como si quisieran terminar con las escenas lo más pronto posible y eso repercute en el espectáculo.

El caso de The Rock es llamativo ya que por lo general suele levantar estos muertos hollywoodenses y en esta ocasión su energía aparece más apagada que de costumbre.

Tampoco ayuda el hecho que terminó relegado al papel de sidekick musculoso de un anestesiado Chris Evans.

El Santa Claus de J.K.Simmons es olvidable y Lucy Liu simplemente aparece en la trama porque en el diseño del póster les quedaba un lugar vacío.

Era ella o el espacio se ocupaba con un árbol de Navidad o un reno.

La misma situación se da con el oso polar, un personaje atractivo, que termina completamente desperdiciado.

La dirección corrió por cuenta de Jake Kasdan, quien presentó un trabajo más inspirado en las últimas entregas de Jumanji y también se sumó a la pereza y vagancia que primó en el equipo de esta producción.

Su nueva obra se construye a través de un compilado insípido de peleas genéricas y un abuso obsceno del CGI.

Hay varias secuencias de acción que dan vergüenza ajena por su artificialidad y dejan la impresión que no fueron terminadas en post-producción.

Sobre todo algunos momentos con The Rock donde se nota con claridad que el actor se encuentra frente a una pantalla de croma.

Un detalle que uno puedo dejar pasar en producciones clase B de Lionsgate o Millenium pero resulta imperdonable en una película que tuvo un presupuesto de 250 millones de dólares.

De todos modos no todo está perdido para Código: Traje Rojo y tal vez en la plataforma de streaming de Amazon encuentra su nicho de seguidores.

Pese a su desidia creativa y la ausencia de magia y espíritu navideño, el film puede llegar a conectar con los fans apasionados de la saga Ant-Man, pre-adolescentes y adultos menos exigentes que desean distenderse con cualquier cosa y les da lo mismo ver esto o un compilado de tiburones del Discovery Channel.

 El resto puede guardar el costo de la entrada de cine para la nueva de Ridley Scott o en el caso de una salida con niños apunten a The Wild Robot que ofrece un contenido más estimulante.