La uruguaya presenta un revolucionario esquema de producción que básicamente consiste en el método crowdfounding, pero con dividendos. Básicamente lo que se hizo fue dar la posibilidad a aportantes privados a que inviertan diferentes sumas de dinero (con escalas preestablecidas) para que luego recuperen más un porcentaje.

Fue un eíxto y gracias a ello no se necesitó la asistencia del INCAA (aunque si participó el Instituto de Cine Uruguayo).

Más allá de eso, que no deja de ser una anécdota, vengo a hablar muy bien del film que adapta el best seller de Pedro Mairal, el cual no leí y por eso no puedo juzgar desde el lado que lo harán los lectores.

Es de esas películas que interpelan, aunque no hayas vivido nada similar. Porque te hace pensar en tu vida y en las decisiones que tomaste. En el amor, en la pasión y en la pérdida de ambos.

La puesta y realización de Ana García Blaya es correcta y de corte indie, con grandes influencias de Richard Linklater.

Es que en la mayoría del film vemos únicamente a dos personajes recorriendo la ciudad (Montevideo) mientras esgrimen grandes diálogos con una paleta de colores similar a Before sunset (2004).

Los protagonistas Sebastián Arzeno y Fiorella Bottaiolli, están muy bien en sus roles. Me parece un gran acierto que no hayan sido actores conocidos y que eso recaiga en los secundarios (Jazmín Stuart y Gustavo Garzón).

En definitiva, La Uruguaya es una linda película. De esas que ase quedan con vos. Además de ser una opción diferente en la cartelera local.