Terminaron los cuatro días de promociones de todos los cines del país, donde la entrada tuvo una baja considerable de precio, como ya había pasado una vez este mismo año. Desde el domingo 1º de octubre hasta el...
Sonido de libertad
TITULO ORIGINAL: Sound of freedom
ACTORES PRINCIPALES: Jim Caviezel.
GENERO: Drama.
DIRECCION: Alejandro Monteverde.
ORIGEN: Estados Unidos.
DISTRIBUIDORA: Independiente
ESTRENO: 31 de Agosto de 2023
131 Minutos
Apta mayores de 13 años con reservas
La historia de Tim Ballard, un exagente del gobierno de Estados Unidos, que renuncia a su trabajo para dedicar su vida a salvar a los niños de los traficantes sexuales mundiales.
RESUMEN CRITICAS
Hugo Zapata B
Matías Lértora B +
IMDB (Internacional) 7.8
Rotten Tomatoes (USA) 66 %
Clarín buena
La Nación regular
CRÍTICA DE HUGO ZAPATA
Sonidos de libertad es una producción independiente que llega a la cartelera con un enorme barullo mediático que se gestó principalmente en los Estados Unidos, donde sobresalió entre los estrenos más taquilleros del año (Ver link).
La mayor virtud de este film pasa por darle una visibilidad popular a temáticas oscuras como son las redes de pedofilia y la explotación sexual de niños que por alguna razón tienden a ser silenciadas por los medios de prensa hegemónicos de la industria del entretenimiento.
Cada vez que se estrena una película que aborda estas cuestiones no obtiene demasiada difusión o se las destruye con cortinas de humo, sobre todo si los realizadores no abrazan la denominada “agenda progre” de los estudios de Hollywood.
Hace unos años ocurrió con Trade, una muy buena producción protagonizada por Kevin Kline, pero en esta ocasión se dio una situación diferente producto de una repercusión positiva en el público.
La trama se centra principalmente en la historia de Tim Ballard, un ex agente especial de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional en los Estados Unidos que rescató a numerosas víctimas de trata de personas (especialmente niños) con la organización, Operation Undergound Railroad.
Una fundación sin fines de lucro que asiste a las fuerzas de seguridad en las operaciones policiales centradas en desbaratar este tipo de organizaciones criminales.
El film del director Alejandro Monteverde representa un grano en el trasero para una comunidad soberbia que tiende a verse a sí misma como la más grande sociedad del planeta y le cuesta lidiar con problemáticas internas, ya que entienden que el mal siempre proviene del extranjero.
Sonidos de libertad no sólo establece que Estados Unidos es el mayor consumidor de pedofilia en el mundo sino además plantea que sus consumidores pueden ser tranquilamente los vecinos amables de la casa de al lado.
Salvo por un personaje que parece el Figuretti de Freddy Villarreal, la mayoría de los perpetradores son retratados como el típico padre de familia que podrías encontrar en cualquier patio de comidas de un shopping o en la pileta de un hotel.
Violadores de niños que por lo general tiene un muy buen pasar económico y pueden acceder a las redes clandestinas de explotación y turismo sexual.
La película va al hueso en estas cuestiones y me parece justo reconocerle el mérito de animarse a trabajar una problemática complicada que tampoco es agradable de ver.
En términos cinematográficos rescata la figura de Jim Caviezel, quien terminó desterrado de los grandes estudios luego de protagonizar La pasión de Cristo de Mel Gibson.
En Sonido de Libertad brinda una muy buena interpretación donde le aporta una enorme humanidad al rol de Tim Ballard al que evita convertirlo en una caricatura patriotera.
No esperen encontrar un thriller de acción como se vendió en algunos avances promocionales porque el tono del film se concentra principalmente en el drama con algunos momentos de suspenso.
La película tampoco empuja una agenda política de adoctrinamiento ni cae en la explotación de mal gusto a la hora de retratar lo que sucede con los niños que terminan en las redes de estas escorias.
Mi principal objeción hacia esta propuesta pasa por algunos aspectos del guión.
Creo que hubiera sido una producción mucho más sólida si la temática quedaba a cargo de un director superior como Peter Berg.
Un realizador que suele despojar las adaptaciones de casos reales del sentimentalismo forzado y el melodrama artificial.
Si vieron Lone Survivor, Patriot Day o Deepwater Horizon entenderán mejor a lo que me refiero.
El film de Monteverde cae por momentos en algunos pasajes dignos de telenovelas latinas de Netflix que buscan manipular las emociones del público y abaratan para mi gusto el espectáculo.
Tampoco llega a profundizar en algunos temas que plantea y que eran interesantes y merecían un poco más de espacio.
Por ejemplo, durante los créditos finales se resalta que la esposa de Tim Ballard jugó un papel importante en su compromiso con las tareas humanitarias que realiza y pese a todo Mira Sorvino, que encarna ese rol, termina completamente desdibujada como si fuera un objeto decorativo.
En los campos técnicos es una obra decente para tratarse de una película que se hizo con un presupuesto limitado pero al guión le faltó un poco más de trabajo.
Pese a todo no deja de ser un film interesante para tener en cuenta.
Mi recomendación en este caso es que dejen los prejuicios de lado y toda la contaminación mediática que también afectó a este estreno.
La realidad es que no es la película de la ultra derecha que promueve la reelección de Donald Trump (como manifestaron algunos trasnochados), ni una propuesta evangélica y consigue establecer un debate interesante sobre problemáticas que el cine norteamericano más comercial, amparado por los medios de prensa del entretenimiento, tiende a esconder debajo de una alfombra.
CRÍTICA DE MATÍAS LÉRTORA
Nunca me había descompuesto luego de ver una película, hasta hoy.
Nunca había querido salir corriendo de una sala de cine, hasta hoy.
Eso causó The sound of freedom, el polémico film que llega a las pantallas argentinas.
¿Por qué polémico? Bueno, antes de meterme en el análisis estrictamente cinematográfico voy a dar un poco de contexto.
La película se completó hace más de cinco años y no se había podido estrenar hasta ahora. Tuvo muchas trabas, supuestamente provenientes desde los mayores estudios de Hollywood.
Dado a que se trata de un film independiente, protagonizado y producido por dos parias de Hollywood, es muy difícil sabar qué creer y qué no.
Y en el medio está el barullo de Internet y los conspiranoicos.
Creo que es una película necesaria, pero aún teniendo el mayor de los éxitos no me parece - lamentablemente- que cause una revolución, un despertar, tal cual pregonan sus realizadores.
Asimismo, estoy seguro que muchas de esas trabas que ha recibido deben ser porque es una película independiente de bajo presupuesto, y con los excomulgados Jim Caviezel y Mel Gibson. Eso cierra puertas sin dudas. Lo mismo la temática. Ya que es tan dura, que se puede entender cierto rechazo en un plan de marketing.
Lo cual no quiere decir que tal o cual estudio esté detrás de una red de trata de personas.En fin, la polémica seguirá.
Ahora bien, la película es buena pero no deja de ser un thriller más. Pasa que toca un tema tan contundente, que te puede descomponer.
A mí me sucedió eso. Sin poseer escenas gráficas, causó que esos abusos llegaran a mi mente y mi corazón. Logró consolidar en mi psiquis ese asco que he leído y escuchado cientos de veces: la pedofilia.
Y además con datos que son increíbles.
Ya que se trata de la historia real (con alteraciones, obvio) de Tim Ballard, ex agente del Gobierno de Estados Unidos, que se dedica a apresar a pedófilos pero más que nada a consumidores de videos. Hasta que de repente se embarca en la liberación de niños.
El film está espectacularmente actuado por Jim Caviezel y una muy correcta dirección de Alejandro Monteverde.
Utiliza muy bien los pocos recursos para hacer que el espectador se sienta atrapado y muchas veces sin aliento. Buen montaje también.
Lo que sí, me pareció muy exacerbado el uso de la banda sonora en ciertas secuencias. No hacía falta.
En resumen, desde lo cinematográfico es un thriller más. Hay mejores y hay peores. Pero jamás me había sucedido lo que me pasó aquí, donde mis ojos no quisieron ver más y tener ganas de salir corriendo a abrazar a mi hijo.
The sound of freedom, es un alegato desgarrador que tiene que ser visto.
CRÍTICAS DEL PUBLICO
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