El año pasado tuvimos el estreno de Fall, un sólido thriller de supervivencia donde dos escaladoras quedaban atrapadas en una torre de radio a 600 metros de altura.

Sin aire es una producción del cine alemán que ofrece una experiencia similar con la particularidad que la tensión se desarrolla debajo del agua.

Una buceadora queda atrapada en la superficie tras ser golpeada por una avalancha de rocas y su hermana intenta rescatarla antes que el nivel de oxígeno se agote por completo.

La película es una remake de la obra sueca Breaking Surface que tuvo una exhibición limitada en festivales europeos durante el 2020 a raíz de la pandemia.

La labor del director Max Erlenwein encuentra sus mejores momentos cuando se enfoca exclusivamente en el suspenso de la premisa desarrollada en tiempo real.

Toda la claustrofobia que se puede generar en una situación de estas características está muy bien trabajada desde los aspectos técnicos y el film resulta atrapante.

Lamentablemente el atractivo que presenta el género de supervivencia termina afectado por una serie de escenas de flashbacks melodramáticas vinculadas con los traumas de la infancia.

En la intención de aportarle un mayor contenido a la relación de las protagonistas, el relato de Erlenwein se va por las ramas con temas que no son relevantes ya que la atención del público se enfoca en la situación de peligro.

El recurso del flashback en esta película eventualmente se convierte en una molestia que afecta el suspenso y la tensión de la premisa argumental.

En ese sentido Fall trabajó mejor esta cuestión sin perder el foco del conflicto principal.

Pese a todo, Sin aire aporta una producción decente dentro de su género y se puede  tener en cuenta si se enganchan con esta clase de propuestas.