Terror en la Ópera es una película que siempre dividió las opiniones entre los fans del género.

Algunos la consideran una obra menor y tonta dentro de la filmografía de Darío Argento y otros las destacan entre los mejores trabajos del realizador italiano.

 La propuesta tomó cierta inspiración de la novela de Gastón Léroux, El fantasma de la Ópera, un material que luego Argento adaptó oficialmente a fines de los ´90 en un film olvidable.

 Esta producción de 1987 combina elementos del subgénero giallo con el slasher y su mayor virtud reside en la puesta en escena ambiciosa que presenta el espectáculo.

Dentro de los campos más técnicos  esta fue tal vez la última gran película del director antes de iniciar una etapa decadente donde perdió el apoyo de la crítica y el público.

En este film encontramos a un Argento inspirado que presenta algunas de las secuencias de asesinatos más creativas de su carrera, donde hace maravillas con el uso de efectos prácticos.

Terror en la ópera surgió en un período donde parecía que tenía una competencia con su colega Lucio Fulci por ver quien presentaba la mejor y más impactante mutilación de ojos.

En materia de gore y situaciones macabras el relato no decepciona en absoluto, pero más allá de esta cuestión la película sobresale por el opulento diseño de producción, la fotografía de Ronnie Taylor  (Ghandi) y la banda sonora de su clásico colaborador, Claudio Simonetti, en la que participaron también Brian Eno y el ex Rolling Stone, Bill Wyman.

El reestreno de esta producción brinda la oportunidad de disfrutar el cine de Argento en la pantalla grande con un título que de alguna manera representó el fin de una era.

Salvo por El síndrome Stendhal que hizo en 1996 ninguno de sus filmes posteriores lograron tener un recepción positiva y sus películas dejaron de tener relevancia dentro del género.

Con todas las objeciones que se le pueden hacer al guión y las acciones tontas que emprende la heroína el film tiene más arte que muchas de las producciones actuales de horror que llegan a la cartelera.