Wish es una película sin alma que resultará más llevadera en los niños pequeños que no tienen edad para recordar los años de gloria de Disney, siempre que no se queden dormidos en la butaca quince minutos después de iniciada la función.

Esta producción resultó un fiasco comercial en los Estados Unidos donde cosechó numerosas reseñas negativas.

La verdad que es difícil sostener una defensa de esta propuesta si disfrutaste alguna vez de las obras de la compañía y amás el arte de la animación.

Tras la introducción de los personajes principales el argumento decae notablemente y enseguida comprendés por qué tuvo tantas dificultades para entusiasmar al público y la prensa.

Se trata de un producto cínico y desganado donde queda la impresión que ninguno de los artistas involucrados estuvieron conectados con el proyecto.

La trama tiene la intención de narrar el origen de la estrella de los deseos de la canción When You Wish Upon a Star y al mismo tiempo celebrar el centenario del estudio con referencias a todos los clásicos del pasado. 

El problema es que crearon una historia tan rebuscada que el film termina afectado por un exceso de escenas de exposición que tratan de darle sentido a un conflicto aburrido.

Wish carece de emoción, humor, aventura, romance y todos esos ingredientes que solían ser parte de esta clase de espectáculos.

Tampoco ayudó que Asha, la protagonista, sea una heroína insulsa y caprichosa que hacer quedar al villano como una figura trágica incomprendida.

 Desde los aspectos visuales los realizadores buscaron fusionar la animación tradicional con el CGI de un modo parecido a lo que vimos en el Spiderverse de Sony. 

Si bien se agradece la evocación de la estética clásica el mundo de fantasía que se presenta es terriblemente plano y limitado.

La última película del Gato con Botas sobresalió con una labor muy superior a la hora de crear diversos escenarios atractivos con ese estilo de realización.

En el terreno de la música tampoco hay buenas noticias ya que  las canciones se sienten redundantes y se utilizan como un instrumento de relleno que no le aportan nada relevante a la trama.

Este campo quedó a cargo de Julia Michaels, quien escribió hits radiales para Justin Bieber y no supo estar a la altura de un proyecto que demandaba otra clase de compositores.

No obstante, lo peor de Wish lo encontramos en la explotación torpe de la nostalgia, donde las referencias a los clásicos se insertan de un modo burdo y forzado con la idea de rendirle homenaje al estudio.

En Disney le pusieron mucho más dedicación al cortometraje Once Upon a Time a Studio y la brillante serie The Wonderful World of Mickey Mouse que esta producción musical que deja un sabor amargo.

Sobre todo al tratarse de una propuesta que reunió al equipo creativo de Frozen con la realización de Chris Buck y el guión de Jennifer Lee.

Desconozco si tuvieron que gestar el proyecto a las apuradas pero el material que presentaron en esta oportunidad no estuvo a la altura de las obras que crearon en el pasado.

Veremos si en un par de años se redimen con Frozen 3.

Disney cumplió 100 años y lo festejó con esta película un tanto desangelada. Ese podría ser el título ganchero. Y lamentablemente, es verdad.

Nos presentaron un film genérico y en el cual los personajes no solo no enamoran, sino que no nos importan.

Es previsible y no se siente riesgo alguno.

El villano es villano, pero no es tan malo. Y a la heroína le falta el carisma que han tenido sus pares, ya sea Ariel, Bella o -más recientemente- Moana.

Lo único que rescato son los varios guiños que hay a personajes y otras películas del estudio. Eso fue muy lindo y estoy seguro que me perdí unos cuantos que ya veré más adelante cuando algún fan experto diseccione la cinta en Youtube.

¿La animación? Al nivel que uno espera de una película de Disney, pero nada que deslumbre. Nada fuera de lo común ni innovador.

¿La música? Pasará sin pena ni gloria.

En definitiva, Wish es una película que será disfrutada por los más chicos pero que no generará fanatismo. En cambio, el público adulto percibirá sus falencias.

Una lástima que la película que celebre el siglo del estudio de animación más influyente del Siglo XX y lo que va del XXI, no trascienda en el tiempo.