Corre el año es 1991 y el veterano oficial de la CIA Nathan Muir se prepara para encarar el último día de trabajo antes de retirarse. Pero en ese momento se entera que Tom “Boy Scout” Bishop, que fuera alguna vez su protegido, se encuentra en serios problemas. Y como ve que la vida de su colega corre peligro, decide tomar cartas en el asunto.
Bishop está detenido en una prisión extranjera acusado de espionaje, y será inexorablemente ejecutado en 24 horas. La CIA, que teme incurrir en un incidente internacional, decide que el riesgo es demasiado grande como para intentar salvarlo.
De esta forma, la única posibilidad de salvación está en manos de Muir. Con una nueva generación a cargo de la agencia, Muir, que pertenece a la vieja escuela, ya no es un “primera línea” y para salvar a su ex protegido deberá encontrar la manera de burlar a la organización a la que ha servido durante tantos años, mientras se las ingenia para conseguir detalles acerca de la situación en la que se encuentra Bishop.
Muir había elegido personalmente a Bishop para que formara parte de su equipo cuando éste era un certero tirador en Vietnam, enseñándole todos los secretos de la profesión, hasta que serias desinteligencias sobre una operación provocaron que ambos se distanciaran.
Ahora, con las horas contadas, Muir recuerda las peligrosas experiencias compartidas con Bishop por todo el mundo y, por última vez, mientras aparenta servir a los propósitos de sus superiores, vuelve a jugar con sus propias reglas el juego de alto riesgo que implica el espionaje empujado por una deuda de lealtad, y un insospechado compromiso personal.