Treinta y ocho años después del estreno de la controversial Transformers: The Movie, película que traumatizó a toda una generación de niños, los robots de Hasbro regresan en una nueva producción animada con todo su esplendor.

Para quienes no lo recuerdan el film del director coreano Nelson Shin, responsable de esa joyita que fue Spiderman and His Amazing Friends, presentó un contenido turbio que no tenía precedentes en las propuestas infantiles.

En la historia morían los personajes más queridos, entre ellos Optimus Prime, para introducir una nueva línea de juguetes que el largometraje tenía la finalidad de promocionar.

Los chicos salieron llorando de los cines, el tema fue debatido en los noticieros de la tele estadounidense y Hasbro tuvo que lidiar con las protestas de los padres que llegaban de todas partes del mundo.

A raíz de la polémica los caídos de la primera generación de Transformers enseguida revivieron en la televisión y el final de la película de G.I.Joe, que concluía originalmente con la muerte de Duke en brazos de Scarlett, fue alterado para evitar el mismo inconveniente.

Hoy esa obra, conocida en la comunidad geek como La masacre de juguetes de 1986, cuenta con una reputación mucho más positiva y es valorada por el fandom de la franquicia.

¿Transformers: One llega a los cines para ofrecer la mejor película de la saga?

No, ni de casualidad, pero se suma al podio de las producciones destacadas junto con la subestimada trilogía de Netflix y el clásico de Shin que retiene la corona.

En ese sentido el espectáculo resultó una enorme sorpresa ya que el primer avance había despertado ciertas dudas con los momentos graciosos que parecían salidos de una propuesta diferente.

El director Josh Coole, ganador de un inmerecido Oscar por Toy Story 4 (el premio era para la española Klaus) consigue desarrollar un espectáculo muy ameno que entretiene a los fans veteranos y al mismo tiempo acerca estos personajes a una nueva generación.

La trama funciona como una precuela de Bumblebee y explora los orígenes del antagonismo entre Optimus y Megatrón.

Un conflicto que toma como clara influencia la historia de amistad truncada entre el Profesor Xavier y Magneto en la saga X-Men.

El argumento está muy bien desarrollado y aunque no toma riesgos como la producción del ´86 es muy efectivo a la hora de reimaginar la disputa entre Autobots y Decepticons.

Dentro de los aspectos técnicos se luce especialmente toda la puesta en escena de Cybertron con escenarios muy atractivos que nunca se llegaron a explorar en los filmes live action.

En la versión en inglés que tuve la posibilidad de ver sobresale la interpretación de Chris Hemsworth en el rol de Optimus, un personaje que quedó inmortalizado por la voz de Peter Cullen.

La labor de Hemsworth es muy interesante porque retrata al robot en un período diferente donde todavía no adquirió sus capacidades de liderazgo.

Por consiguiente la voz en esta instancia no expresa ese rol de autoridad que más adelante le imprimirá Cullen.

El actor hizo un gran trabajo con esa transición y se nota que no abordó la labor en piloto automático como ocurre a menudo con las celebridades que trabajan en películas de animación.

Lo mismo se aplica a Brian Tyree Henry (Godzilla x Kong) quien se luce con la transformación que experimenta Megatron de un obrero conformista a una psicópata con aspiraciones de dictador.

Un caso diferente al de Scarlett Johansson como Elita-1 que podría haber sido interpretada por otra artista y daba lo mismo ya que el argumento no le permite tener un rol más destacado.

Con respecto al contenido humorístico que había generado dudas la verdad que no resulta molesto y está muy bien distribuido dentro del film.

En el primer avance metieron todos los chistes juntos y por eso transmitía la impresión que iba a ser una comedia pero eso no es la propuesta que vas a encontrar en el cine.

En lo personal la sentí una película hecha con mucho cariño hacia la franquicia con el fin de ofrecer un evento familiar que los fans veteranos pueden disfrutar con sus hijos o sobrinos.

Si tenemos en cuenta lo que fue el período oscuro de los Transformers a cargo de Michael Bay se nota la intención de Hasbro por ofrecer productos que le hacen más justicia al tipo de entretenimiento y fantasía que brindaron estos robots en la cultura popular.

Cabe recordar que el material cuenta con dos escenas post-créditos entre las cuales la segunda es la más relevante.

Llega una nueva película de la saga Transformers, una franquicia que en lo particular me ha agotado mucho y he manifestado en todas las reviews.

Salvo por Bumblebee (2018), que me pareció un acierto. El resto ha sido insufrible tanto en lo visual como en lo narrativo, menos Transformers (2007) que dio inicio a todo y que en su momento fue innovadora pero hoy es inmirable.

Pero también soy alguien que creció en los 80s y 90s, con la serie original y con las películas que iban directo a video.

Y el estreno que nos ocupa es animado, un film de origen y muy en lineamiento con los fans de la vieja escuela.

Aquellos que pueden llevar a sus hijos y ambos disfrutarán.

Al ser animada, el humor se sobrelleva de mejor manera. Y además es muy entretenida y compacta.

Tal vez le critico eso, se me hizo corta en el desarrollo de personajes y no se justifica bien el cambio de actitud. Desarrollaría más al respecto pero es spoiler.

Lo que más destaco es que se centra en los Transformers… Algo que en las últimas dos décadas no fue así ya que los humanos (los actores) se llevaron gran parte de la historia.

En definitiva, Transformers Uno es entretenimiento familiar del bueno. Ideal para los niños y para los adultos que crecieron con los personajes.