Pese a brindar un espectáculo mediocre y olvidable dentro del cine de horror, la primera entrega de La monja, estrenada en el 2018, se convirtió en la producción más taquillera del Conjuring Universe al conseguir una recaudación de 365 millones de dólares.

Aunque cosechó críticas negativas entre la prensa y los fans del género, el público asistió a los cines gracias a una sólida campaña de marketing del estudio Warner y el atractivo que generaba la imagen del personaje.

El director Corin Hardy luego se redimió en la televisión como realizador de Gangs of London, la serie policial creada por Gareth Evans (The Raid).

Para la inevitable continuación el estudio delegó el proyecto en Michael Chaves, responsable de otra película horrenda como fue La llorona.

Más allá de sus falencias aquel film contaba con unos pocos méritos artísticos relacionados con el diseño de producción y las ambientaciones macabras estilo Scooby Doo que le aportaban una estética atractiva al relato.

La nueva obra de Chaves no es una buena película pero al menos ofrece un producto más cuidado en términos visuales de lo que fue la entrega previa.

El tema con La monja es que vuelve a repetir las dos falencias que tenía el trabajo de Hardy.

Al personaje le queda demasiado grande el formato de largometraje porque no es interesante y tanto los realizadores como los guionistas no pudieron encontrarle la vuelta para usarla de un modo efectivo.

Más allá de las apariciones redundantes, centradas en los trillados jump scare,  la supuesta villana termina desdibujada y no le aporta nada a un relato que se estanca en los lugares comunes de las posesiones sobrenaturales.

Es justo mencionar que el director le puso un poco más de onda a las participaciones de la monja en los aspectos técnicos y Taissa Farmiga le saca agua a las piedras en el rol de una Daphne religiosa.

Por cierto, Chaves una vez más pide a gritos que Warner le encargue un live action de Scooby Doo, serie animada de la que supongo debe ser fan ya que se pueden encontrar referencias en todos sus trabajos.

El primer acto de La monja 2 es un claro ejemplo donde la investigación que emprenden los personajes de Farmiga  y Stormy Reid tiene el tono de Mystery Incorporated, la serie animada del 2010. 

El film contiene una sólida secuencia inicial que amaga con ofrecer una propuesta decente.

Chaves incluye contenido gore y el misterio del argumento está bien presentado, sin embargo el  relato luego se desinfla notablemente y el espectáculo hacia final deja sabor a poco.

La realidad es que el Conjuring Universe hace rato no da para más y todo lo que ofrece son películas sin alma que pueden resultar entretenidas en aquellos espectadores más chicos que recién comienzan a explorar el género en la pantalla grande.

El público veterano que se enganche con el cine de terror  no se pierde nada relevante si posterga su visionado para la televisión.

El universo expandido de El Conjuro ya está empezando a agotar y tal vez, La monja 2 es una de sus entradas más flojas.

Aún así, es una película de terror que cumple y que gustará aún más a un público no tan experimentado con el género.

Cuanta con todos los clichés y algunos están muy bien ejecutados. Pero no hay nada de sorpresas.

Esta es la tercera incursión del director Michael Chaves en este universo ya que primero hizo La maldición de la llorona (2019) y El conjuro 3 (2021), motivo por el cual me llamó un poco la atención, desde una mirada de narrativa cohesiva, que La monja (personaje) contradice un poco a sus dos apariciones previas, tanto cuando la conocimos en El Conjuro 2 (2016) y en su debut solitario (La monja, 2018).

Aquí es mucho más poderosa, más bien un monstruo que un espíritu demoniaco.

En fin, tampoco es algo tan importante-

Taissa Farmiga regresa como la Hermana Irene, pero esta vez se encuentra muy sola ya que no hay otro personaje de peso propio como para bancar un poco ciertas secuencias y diálogos.

En definitiva, la atmosfera en general está muy bien y me asusté un par de veces (punto fundamental para cualquier cinta de terror).

Y atenti que hay escena post créditos…