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Tras el controvertido episodio ocho de Star Wars (Los últimos jedi), el director Rian
Johnson vuelve a la cartelera con una película muy entretenida que celebra el género
clásico de misterio y evoca con cariño las obras de este estilo que brindaron autores
como Agatha Christie, Gastón Leroux y Ellery Queen, entre otros.
Cuesta imaginarme que un espectador que se devoró las intrigas del Padre Brown, de
K.C.Chesterton o los casos de Hércules Poirot salga decepcionado del cine con esta
clase de producciones que hoy se realizan con menos frecuencia en Hollywood.
Si bien el argumento de este film le debe muchísimo a La casa torcida y Navidades
sangrientas de Christie, por el modo en que se trabajan la dinámica de las relaciones
familiares, Johnson no se le limita a homenajear a la autora inglesa sino que le aporta su
propia visión y personalidad al desarrollo de la intriga.
Como ocurrió con sus películas previas al cineasta le gusta subvertir los géneros que
aborda, aunque no siempre el destino de los argumentos llegue a buen puerto.
En el caso de Entre navajas y secretos elabora una intriga sólida donde aprovecha muy
bien el reparto de lujo reunido en el que cada figura llega a tener su momento destacado.
No obstante hay dos artistas que se terminan por robar la película con sus trabajos.
Anna de Armas (Blade Runner 2049) brinda una interpretación fantástica con los
diversos matices emocionales que le aporta a la enfermera que trabaja para el millonario
asesinado, encarnado por Christopher Plummer.
Por su parte Daniel Craig sorprende con su dominio de la comedia en el rol del detective
Benoit Blanc que se desenvuelve en las antípodas del James Bond anti-heroe que lo
hizo famoso.
Un personaje que se expresa con un acento norteamericano sureño y nos deja con ganas
de volver a encontrarlo en otros casos.
Un detalle que particularmente me encantó de esta película es el modo en que Johnson
combina dentro de la trama referencias permanentes a grandes clásicos del género.
Desde la serie de televisión clásica Murder, She wrote con Angela Landsbury, al
clásico film Murder by Death (1976) e inclusive un homenaje al glorioso Edward
Packard y un recordado libro de Elige tu propia aventura (Ver Dato Loco).
En lo referido a los aspectos técnicos Entre navajas y secretos se luce con su atractivo
diseño de producción y la fotografía de Steve Yedin, frecuente colaborador de este
cineasta.
Otra virtud del film es que la trama tampoco se toma todo la intriga tan en serio y juega
con algunas situaciones cómicas, donde sobresale una de las persecuciones
automovilísticas más absurdas que se registraron en el último tiempo.
Un tema donde el trabajo de Johnson flaquea y muestra tal vez su mayor debilidad es en
el tratamiento del comentario social y político que se incluye en el relato.
El director utiliza el conflicto para expresar una crítica hacia el gobierno de Donald
Trump y la situación con los inmigrantes que a esta altura se convirtió en un lugar
común que se repite permanentemente en el cine y la televisión de estos días.
Este año el realizador coreano Bong Joo- Ho dio una cátedra en Parasite a la hora de
explorar el choque de clases sociales con un subtexto donde permitía que el público
pensara por su cuenta.
Johnson es más agresivo en esta cuestión y le tira al espectador el comentario con una
topadora, motivo por el cual la película no llega a ser tan inteligente como el pretende.
Salvo por ese detalle puntual su nueva obra es una gran propuesta para pasarla bien con
un exponente de este género.
El Dato Loco:
El personaje que encarna Christopher Plummer en el film se llama Harold Thrombey,
una referencia al clásico de Elige tu propia aventura, ¿Quién mató al presidente?
traducido en ediciones posteriores como ¿Quién mató a H.Thrombey?
Un libro de esta colección que ofreció una propuesta diferente donde el lector debía
investigar el asesinato de un empresario millonario.