La nueva entrega de Misión:Imposible ofrece una experiencia similar a la que brindo Top Gun: Maverick el año pasado.

Más allá de todo el entretenimiento de calidad  que brinda el proyecto de Tom Cruise rescata el gozo de la experiencia cinematográfica en la pantalla grande y en esta cuestión reside su mayor virtud.

 Sobre todo en estos tiempos donde muchos estrenos se pueden postergar para su consumo hogareño sin perderse nada relevante.

Eso con Sentencia de muerte Parte 1 no se puede hacer porque arruina el primer contacto con una de las mejores películas del año dentro de las propuestas de género.

En lo personal le tengo un enorme aprecio a esta entrega ya que finalmente pudo consolidar algo que le venía pidiendo a esta franquicia desde hace varios años: Un regreso a las fuentes.

A partir de la segunda entrega realizada por John Woo la saga pasó a darle más prioridad a la factura técnica de las secuencias de acción con las locuras de Cruise y los contenidos de espionaje quedaron un poco relegados en los argumentos.

En esta producción el director Christopher McQuarrie retoma las raíces de la propuesta original para evocar y abrazar la impronta de thriller que elaboró Brian De Palma en el primer film de 1996.

La película contiene numerosas referencias a ese episodio y deja una sensación de final de ciclo, por lo menos para Ethan Hunt y su equipo.

El propio argumento inclusive genera humor con la cantidad de veces que estos espías se rebelaron ante las autoridades y después de esta aventura, narrada en dos partes, ya no queda mucho más para hacer con ellos sin que el espectáculo se vuelva redundante.

Si Hunt llega a sobrevivir este conflicto y no salen con ninguna idea loca en adelante probablemente lo veremos en el rol del viejo Jim Phelps, el jefe que se encargaba de organizar las misiones sin intervenir tanto en la acción de campo.

De hecho, Cruise en su rol como productor le tira el anzuelo al público para testear la recepción de nuevos agentes que cobrarían protagonismo en el futuro.

Gran parte de la trama de este film se va en el origen e introducción de Haley Atwell, una estupenda incorporación que funciona de maravillas gracias a la labor de la actriz y la tremenda química que tiene con Tom.

Debido a esta cuestión los compañeros clásicos de Hunt quedan un poco más relegados pero todos llegan a tener sus momentos destacados. 

El director McQuarrie abre la película con un ejercicio de revisionismo nostálgico en un prólogo que le rinde homenaje a las historias de Tom Clancy de los años ´90.

Por momentos hasta queda la sensación que el analista Jack Ryan puede entrar en escena en cualquier momento.

A diferencia de los episodios previos su narración le da un mayor espacio a la construcción de la intriga de espionaje que se relaciona con la tecnología de inteligencia artificial.

Un concepto muy interesante que hace 30 años se hubiera tomado como una propuesta de ciencia ficción y hoy tiene una enorme relevancia que plantea además un debate interesante.

Obviamente el realizador tampoco se olvida de la acción y su trabajo va de menor a mayor con secuencias fantásticas de persecuciones y coreografías de peleas.

En Sentencia de muerte sobresalen especialmente la escena del salto en moto demencial que protagoniza Cruise y los últimos 20 minutos en el legendario tren Orient Express que no se puede disfrutar en otro medio que no sea una pantalla de cine.

Un fragmento extraordinario donde el recuerdo del clímax del primer film del ´96 se combina con el tratamiento de la acción que la saga presentó en los últimos años.

En un 2023 donde primaron hasta el momento las decepciones en materia de cine pochoclero Misión: Imposible restaura el placer de entretenimiento sin la contaminación de las agenditas políticas hollywoodenses que se cargaron numerosas franquicias populares.

A disfrutarla.

Cada nueva entrega es mejor que la anterior. Más adrenalínica, más audaz y más desafiante.

Es increíble lo que ha creado Tom Cruise con esta franquicia, donde vuelve a demostrar una vez más, que es la +ultima gran estrella de Hollywood.

Luego de salvar al cine el año pasado con Top Gun: Maverick, se mete otra vez en la piel de Ethan Hawke para hacer los stunts más complicados hechos por un actor que no sea doble de riesgo.

Tendría que ser obligatorio poner el making off de estas pelis en los créditos finales, así el público ve lo que Cruise logra, más allá de eso, la historia también es buena. Se supera con respecto a las anteriores en cuestiones de intriga y escala.

Obvio que hay que hacer millones de concesiones sobre el verosímil. Pero eso no habría ni que aclararlo con este tipo de películas.

El cast de siempre cumple y la sumatoria de Hayley Atwell es muy atinada. Mucha química con Cruise.

Christopher McQuarrie ya le agarró por completo la mano a la narrativa de estos films y se va perfeccionando de entrega a entrega. La puesta aquí es impresionante.

Misión imposible: Sentencia Mortal Parte I es una experiencia. Una que hay que experimentar en la pantalla más gran de posible.

No hay manera de no desear que la parte II llegue mañana mismo… Pero hay que esperar.