B +
Yorgos Lanthimos es un director griego que en los últimos años logró llamar la atención dentro del cine independiente con películas como La langosta (2015) y El sacrificio del ciervo sagrado, estrenada el año pasado.
Sus trabajos suelen narrar historias muy raras donde prima el humor negro, el absurdo y en especial los personajes bizarros y retorcidos que en las obras de este artista resultan interesantes de seguir.
La favorita es la producción más comercial del realizador y como la mayoría de los estrenos serios de esta temporada parece concebida para competir en la temporada de premios del cine norteamericano.
No obstante, el film mantiene la identidad de Lanthimos como narrador, quien se hizo un festín a la hora de retratar la decadencia y corrupción moral de la monarquía inglesa.
La historia por momentos parece Relaciones peligrosas (Stephen Frears) con esteroides, donde las miserias de la realeza son retratadas con una crudeza visceral que no tiene demasiados antecedentes en las propuestas de época.
El fantasma de Barry Lyndon, de Stanley Kubrick, también se manifiesta cada tanto en las personalidades de los roles que interpretan especialmente Rachel Weisz y Emma Stone.
Si bien muchas situaciones en torno a la vida de la reina Ana Estuardo (encarnada por una gran Olivia Colman) se exageraron bastante, la película de Lanthimos hace un gran trabajo a la hora de retratar todo el sistema de corrupción que permite que estos personajes representen a la corona inglesa.
Una característica muy interesante de este film es el modo en que el director narra la historia e inserta al espectador en los bastidores de la corte. Uno llega a sentir que se encuentra dentro del palacio junto a los miembros de la monarquía y sus súbditos.
Desde la habitación de la reina a esos ambientes más lúgubres y depresivos donde viven los sirvientes, la espectacular puesta en escena de La favorita convierte a esta producción en una experiencia bastante inmersiva.
En la mirada de Lanthimos no se salva nadie y todos los personajes son miserables y presentan actitudes mezquinas, a través de un guión que desarrolla muy bien los vínculos de las tres protagonistas y el contexto de sus orígenes.
Olivia Colman, Emma Stone y Rachel Weisz están muy bien aprovechadas en el reparto y gracias a sus interpretaciones es posible engancharse con la historias de estas tres mujeres que no despiertan demasiada simpatía.
Quienes disfrutaron las películas previas del director probablemente van a apreciar mejor este estreno ya que tiene su estilo personal. En más de una ocasión La favorita consigue despertar carcajadas con situaciones absurdas o perturbadoras que en realidad no deberían generar esa reacción, pero el cineasta griego lo hace posible.
La única debilidad notable de este film es el final (el talón de Aquiles de las obras de Lanthimos) al que le faltó un poco más de fuerza.
Después de permanecer dos horas con la deprimente corte de la Reina Ana creo que la historia podría haber tenido una conclusión menos abrupta.
Al margen de ese pequeño detalle, La favorita es una buena película que al menos consiguió evadir los clichés asociados con los dramas de época.