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Infiltrado del KKKlan no sólo es uno de los estrenos más destacados del año, sino que además califica como la mejor película que brindó la filmografía de Spike Lee desde La hora 25.
Su nueva labor fue inspirada por la increíble historia real de Ron Stallworth, el primer policía negro de Colorado Springs que llegó a infiltrarse en los rangos más altos de la organización racista Ku Klux Klan.
Uno lee la sinopsis de este film y parece una comedia concebida por los hermanos Coen, pero los hechos ocurrieron en 1978 y recién se hicieron públicos en el 2014, cuando Stallworth publicó el libro “Black Klansman”, donde reveló los detalles de la curiosa investigación que lideró.
Spike Lee no presenta una crónica rigurosa de esos hechos, sino que toma el caso real como un disparador para reflexionar sobre los eternos conflictos raciales en Estados Unidos que no cambiaron en absoluto en más de 40 años.
El director desarrolla el conflicto a través del género policial y una narración muy amena que tiene numerosos momentos graciosos por las situaciones disparatadas que presenta la trama.
Una particularidad muy interesante de esta propuesta es que Lee toma al personaje del detective Stallworth como un vehículo para explorar las tensiones raciales y la intolerancia desde diferentes perspectivas.
Por un lado se retrata la desquiciada ideología que profesan los miembros del Ku Klux Klan, pero la película tampoco ignora la intolerancia que existía también en las agrupaciones revolucionarias como el Partido Pantera Negra de la que el cineasta es claramente crítico.
En el medio del caos social y político se encuentra este detective que busca combatir a los supremacistas blancos pero tampoco comulga con el hecho que los ciudadanos negros deban armarse para una nueva guerra civil.
El director vuelve a analizar la segregación racial y la brutalidad policial en su país en una trama que tiene como escenario los años ´70 pero trabaja problemas que tienen vigencia en los Estados Unidos de la actualidad.
Un detalle que me pareció fascinante de este film es el modo en que el director insertó numerosas referencias a la cultura popular del cine.
Desde aquellas producciones que incentivaron el racismo como El nacimiento de una nación, de David Griffith a los clásicos del Blaxploitation (el cine de la comunidad negra de los años ´70) que tenía sus personajes positivos, como las heroínas encarnadas por Pam Griem y Shaft, y otros como Superfly que se movían en los ambientes de la prostitución y las drogas.
Dentro del reparto la gran sorpresa la brinda el hijo de Denzel Washington, John David Wasghington, quien heredó el carisma y talento de su padre y se destaca con un gran trabajo en el rol principal. Después de este film seguramente lo encontraremos más seguido en el cine.
En papeles secundarios sobresalen también Adam Driver, Thoper Grace, como el líder del Ku Klu Klan y el cantante Harry Belafonte en una gran participación especial.
El relato del director se alarga más de lo necesario en el tramo final y como suele ocurrir con sus obras el mensaje político que expresa no se destaca precisamente por la sutileza con las que comunica sus ideas, pero la verdad que resulta efectivo.
Infiltrado en KKKlan es una película necesaria que te hace vivir diversas emociones. Te roba varias carcajadas durante el desarrollo de la trama para dejarte en silencio frente a la pantalla en los últimos dos minutos.
Una de mis películas favoritas del año que recomiendo no dejar pasar en el cine.