Nelson Moss es un ejecutivo adicto a su trabajo. Es la máxima estrella de una agencia de publicidad, y sus campañas publicitarias son las más exitosas del mercado. Su vida está plenamente dedicada al trabajo, pero los temas del corazón a veces no respetan complicadas agendas y aparecen cuando uno menos se lo espera.
Mientras su novia Angélica está cansada de ocupar un segundo plano detrás de sus temas laborales, Nelson se muestra muy ocupado buscando el slogan de una nueva campaña publicitaria que lo catapulte a la fama. Pero un buen día debe ir a renovar su permiso de conducir y allí conoce a Sara Deever, una joven que también va, desde ese momento, le va a renovar algo mucho más importante: la vida.
Por culpa de Nelson, a Sara le quitan el examen y la expulsan, con lo que ella cree que el gran ejecutivo tiene una deuda con él. Y es que ella es una persona encantadora que consigue sacar lo mejor de los hombres. Nelson pierde su trabajo, se queda sin novia, y Sara le atrae, aunque desconfía de ella ya que no es una mujer que parezca estar en sus cabales. Sobre todo cuando le ofrece un trato: tener una relación que dure solamente un mes, el mes de noviembre.
Semejante propuesta de un mes de duración haría que la relación fuera lo suficientemente largo como para que no sea sólo un simple encuentro, y lo suficientemente corto como para que no sea algo para toda la vida. Pero como Nelson no tiene nada, acaba aceptando. Es una relación sin demasiadas expectativas, sin presión, sin ataduras. Pero cuando surge el amor... nunca se saber cómo pueden terminar las cosas.