Andrucha Waddington plantea una historia de vida instalada en medio de una pobreza económica absoluta –situada al nordeste del Brasil-.
Allí quedan a la vista los malabarismos que debe hacer una mujer para sobrevivir, criando además a sus hijos (todos de diferentes padres).
La excelente actuación de Regina Case lleva al espectador de la mano en esta historia de trigamia, que pese a tener momentos risueños se instala en el drama.
Con una visión netamente femenina, y con los acordes de Gilberto Gil en la música, la historia de Darlene parece estar guiada por una capacidad de supervivencia a toda prueba. El personaje encarnado por Case vive con tres hombres bajo el mismo techo: Osias, el marido oficial dueño de la casa; Zezinho, el tierno; y Ciro el enigmático seductor.
En medio de esta situación casi grotesca, la hábil mujer se las arregla para seguir adelante, haciendo frente a las carencias afectivas que vive en su día a día.
En definitiva, el filme brasileño es un homenaje a la mujer, que logra sobrellevar las situaciones que derrumbarían a cualquier otro ser.