Es una película muy sencilla, que se va haciendo enorme con el correr de la trama. Me llegó mucho la historia del protagonista que, sin grandes aspavientos, logra comunicar la ausencia no superada de su padre y la necesidad de saber si fue un hijo del amor. El final no es predecible, aunque el guión ha ido dejando pistas de lo que sucederá.

En este film los viajes de los personajes son en realidad una proyección de su interior, que los lleva a conocerse y a conectarse con sus emociones más profundas. Por eso carga en sí el potencial de lo que pudieron haber sido otras tramas. En el comienzo se percibe una cierta frialdad que gradualmente se va transformando. La simpleza del protagonista y una buena interpretación del actor hacen posible la identificación con algunos sucesos de su vida, ya que el tema de las relaciones humanas es universal. Las hipótesis que el espectador pueda hacer son en realidad una excusa para acompañar y dirigir hacia las cuestiones que realmente importan de la historia.