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Una virtud de Clint Eastwood es que nunca tuvo miedo a la hora de tomar riesgos en su carrera.
Tal vez eso explique, entre otras cosas, por qué logró mantenerse tanto tiempo vigente en una industria tan competitiva como Hollywood.
En 1971 el actor decidió alejarse por completo del rol del pistolero recio que lo había hecho famoso a nivel internacional, para mostrar una faceta diferente como artista en ese polémico y subestimado film que fue El seductor (The Beguiled).
En lo que representó su tercera colaboración con el director Don Siegel, que ese mismo año estrenaría también Harry, el sucio, Eastwood sorprendió con un thriller gótico que tocaba temas delicados como los conflictos raciales a fines del siglo 19, la represión sexual y el incesto.
La película no funcionó en Estados Unidos porque los fans del actor rechazaban verlo en este tipo de papeles, que se contraponía a sus anti-héroes clásicos, pero en Europa fue un gran éxito y luego se convirtió en una obra de culto.
La remake de Sofía Coppola fue realizada con un enfoque tan insulso que cuesta muchísimo entender las razones de su existencia.
En esta producción, que narra la misma historia que la obra original, la directora ofrece una versión aséptica, marcada por un exceso de corrección política.
En otras palabras, todos los elementos oscuros que tenía el film de 1971 en este caso fueron erradicados o se trabajaron con una mayor superficialidad.
Otra particularidad interesante que tenía el proyecto producido por Eastwood era que ofrecía un thriller gótico que cautivaba al espectador con la tensión que tenía el conflicto.
La directora Coppola lamentablemente decidió convertir la trama en un drama lento y aburrido donde no le aporta ningún elemento original e interesante a su relato.
La nueva versión tiene la intención de otorgarle al film un enfoque más feminista, pero los personajes y el reparto resultan desaprovechados.
Colin Farrell en ningún momento logra establecer la misma tensión sexual que tenía Eastwood con las actrices del film original y en esta película ese factor resulta una enorme desventaja.
No queda claro cuál es el sentido de hacer una remake de este tipo si la nueva versión no está dispuesta jugarse con la oscuridad original que tenía esta historia.
El seductor es una propuesta interesante pero la mejor recomendación en este caso es buscar la película de 1971 que es una obra completamente superior.