Muy mediocre. Una típica biopic de ascenso a la riqueza y poder, y su posterior descenso, algo que Scorsese y otros directores hicieron ya miles de veces y mejor, y a quienes el director de este filme imita de forma desmesurada. Matthew McConaughey está muy comprometido en el papel que interpreta, pero todos los personajes son tan unidimensionales que el talentoso elenco apenas puede brillar. Los diálogos son malos y la historia es muy predecible, excepto por el tercer acto, que tiene un giro inesperado que revitaliza un poco un argumento que estaba muerto desde el inicio. No la recomiendo.