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Ocean´s 8 es un refrito olvidable y devaluado de La gran estafa de Steven Soderbergh, producto de la pereza de un director y un grupo de productores a quienes no se les cayó una idea para hacer algo diferente con este concepto.
No termina de quedar en claro el sentido de copiar una película popular con un reparto femenino sino se hace un mínimo esfuerzo por contar la historia desde una mirada diferente.
Al final las actrices terminan emulando los roles masculinos de la obra original en una producción inferior, ya que lo único que hicieron fue cambiarle el sexo a los personajes originales de Ocean´s Eleven.
El resto es una copia pobre del film del 2001. Alternaron el casino de Las Vegas por un evento del mundo de la moda en Nueva York pero sigue siendo lo mismo, por más que establezcan una conexión con las entregas previas.
Si bien este estreno no se hace odiar coma la remake idiota de los Cazafantasmas resulta decepcionante porque el reparto que reunieron se podía haber aprovechado mejor.
El director Gary Ross, quien en el pasado brindó buenas películas como Pleasantville y Sea Biscuit en este caso sorprende con su incapacidad para generar mínimas situaciones de suspenso que se podían esperar en una propuesta de este estilo.
La historia comienza de un modo prometedor con la presentación del personaje de Sandra Bullock (lo único rescatable de este film) y enseguida se desinfla cuando se convierte en un calco de la remake del 2001.
El guión de Ross tiene dos graves problemas que tiran abajo esta propuesta. La falta de un antagonista sólido y situaciones que generen suspenso.
Las estafadoras lideradas por Sandra Bullock son mujeres perfectas que hacen todo bien y no encuentran un mínimo obstáculo en la operación que planean, que por cierto, tiene más agujeros que un colador.
En consecuencia, la trama se desarrolla de un modo predecible ya que les sale todo bien y nunca enfrentan algún contratiempo grave o peligro. Inclusive el supuesto giro sorpresivo de la historia se da tal cual se podría prever en los avances.
Otra desventaja donde queda mal parado el equipo de Debbie Ocean (Bullock) es que carecen del carisma y la camaradería de los estafadores originales y en esto no tiene nada que ver el sexo del reparto sino la manera en que están escritos los personajes.
Es un grupo aburrido que no trasmite nada.
Rihanna está muy bien en su rol y la reina indiscutida de la sobreactuación, Anne Hathaway, le pone onda pero no alcanza.
Hacia el final la presencia de James Corden levanta un poquito la historia con un buen personaje que se perfilaba como antagonista de Sanda Bullock pero aparece tarde y tiene un rol muy limitado.
Esta producción se deja ver y es entretenida, como lo podría ser también un documental del oso panda en Animal Planet, pero eso no significa que sea una buena película.
Si la intención es que las mujeres tengan mejores papeles en Hollywood dentro de la era post Harvey Weinstein, deberían crear historias originales que cuenten con una impronta femenina real, en lugar de producir estos refritos absurdos que quedan en el olvido media hora después que saliste del cine.