En manos de un director menos sensible tendría la profundidad de la típica película hecha para televisión sobre un caso real. Es una historia predecible sobre una adolescente muy bella, patinadora artística de alto rendimiento, que desarrolla un trastorno alimenticio. Su hermana, menos agraciada, menos talentosa y más pequeña, tiene toda la autoestima que a ella le hace falta y eso le permite enfrentar el problema que sus padres no han detectado. La película construye muy bien el vínculo lleno de altibajos entre las hermanas, pero su mayor acierto es que la narración se hace a través de los ojos de la hermana más pequeña, que está abriéndose al mundo, con dolor, alegría y curiosidad.