Antón acaba de trasladarse con sus padres de San Diego a Escocia; no le resulta fácil integrarse en otro país ni con sus compañeros de colegio. Por lo tanto, se refugia en fantasías sobre vampiros basadas en sueños que tiene repetidamente.
Aunque nadie le hace caso, él insiste en que los vampiros no son necesariamente malvados, e incluso que se han convertido en sus amigos. Uno de ellos es Rudiger, un niño vampiro que vive con su familia en la más absoluta oscuridad desde hace nada menos que trescientos años.
De repente, a Antón se le presenta la oportunidad de convertirse en un héroe al ayudar a los vampiros a perder su maldición para siempre. Piedras misteriosas, criptas secretas, cazavampiros y numerosos misterios se cruzarán en su camino antes de que todo vuelva a la normalidad.