Rodada en un único plano secuencia. Durante 2 horas, la cámara es testigo de todo lo que le pasa a Victoria. Sólo esta descripción hizo que me inclinara por verla y ver qué onda. Me parece sobresaliente. De principio a fin, la protagonista pasa por muchos estados emocionales, muy bien logrados por lo que se destaca la actuación de Laia Costa. Algo distinto. Algo que podría darse. Sí, no es para todos. Muchos se van a aburrir, están advertidos.

La historia, por más que tenga giros inverosímiles, no deja de mantener la intriga. Aunque lenta por momentos, la toma continua y el constante movimiento de cámara la vuelven frenética y visualmente agobiante. A tal punto que, tanto mi novia como yo, salimos de la sala con dolor de cabeza y muchas nauseas. Salvando este inconveniente, es increíble cómo se trasladan entre distintas locaciones y ejecutan la acción en una única toma, pasando de la diversión a la acción y drama en tiempo real durante las 2:20 hs que dura la película. Recomendable.

Increible peli. Una de las que más me gusto en el año. Si bien es un poco larga, y al principio es lenta, de la mitad hacia adelante lo compensa con el ritmo vertiginoso. Súper recomendable. Laia Costa, una actriz increible

Le sobran unos veinte minutos, cuenta con los errores, redundancias y defectos de una película de esas características pero es memorable, divertida y original. Quienes se marean con la técnica de cámara en mano la pueden pasar muy mal. Altamente recomendable para los que deseen ver algo diferente. Enormes actores.

A Victoria hay que tenerle paciencia, porque vale el tiempo que se toma para complicarle la vida a los personajes. Al principio ves cuatro jóvenes caminando por una Berlín de madrugada y hablando tonterías, pero ese tiempo sirve para ir intuyendo sus temperamentos, carencias y ambiciones. Cuando las cosas se salen de control, resulta imposible no simpatizar con ellos. Victoria es una maravilla técnica, con un solo plano secuencia de dos horas de duración, que convierte a la ciudad en un personaje más. Pero también está llena de música, diálogos profundos y personajes frágiles a pesar de su rudeza. Es una bella película.

Madrugada en Berlín, Victoria, una chica de 20 se encuentra casualmente con 4 jovenes, uno de ellos cumplía años y estaba de fiesta. Sonne (el líder del grupo) habla con ella, montada sobre su bicicleta, comienzan a intercambiar palabras, surge complicidad, buena onda, esas cosas que solo se dan en la noche cuando la gente esta distendida, de buen humor y con alguna cervecita encima. Victoria es un film de secuencias, podría decirse, los 140 minutos de su duración son solo una secuencia pero entiendase esto como una virtud, y que virtud! Hay una cercanía con los protagonistas y un manejo de actores notable. Si tuviera que elegir una pelicula de este año, eligiria Victoria sin dudarlo.