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Luego de esta octava entrega de Rápido y furioso, Toretto y su familia ya están en condiciones de encontrarse con Optimus Prime y los Autobots para defender el planeta Tierra de alguna invasión alienígena.
Sería la evolución natural de la saga después de ver las acciones que emprenden los personajes en la nueva película.
A esta altura la serie se convirtió en uno de los grandes placeres culposos del cine, donde somos conscientes que los personajes son un disparate y las historias están plagadas de elementos cutre, sin embargo, en el momento en que vemos estos filmes en la pantalla grande pasamos un momento divertido.
Creo que es una pérdida de tiempo analizar demasiado Rápido y furioso, ya que son propuestas que están hechas para sentarse en una butaca de cine y pasarla bien con escenas de acción ridículas que generan unas cuantas carcajadas.
Exigirle más contenido sería no entender la razón de ser de esta franquicia.
La nueva película fue dirigida por F.Gary Gray, quien ya había trabajado con Jason Statham y Charlize Theron en La estafa maestra y con Vin Diesel en Un hombre diferente, donde el cineasta brindó una de las mejores secuencias de tiroteos filmadas en Hollywood en el siglo 21.
Gray abre la historia con una muy buena persecución automovilística en Cuba, que representa el único momento del film donde Rápido y furioso vuelve a sus raíces por cinco minutos.
Luego el tono de la acción retoma el estilo exagerado de las entregas previas, donde el director parece celebrar el James Bond grotesco de Roger Moore.
El motivo por el que ubico a este film por un escalón debajo de los episodios anteriores se debe a que en las secuencias más impactantes los efectos digitales no quedaron bien terminados y se ven artificiales.
En la última película dirigida por James Wan (El conjuro) este aspecto estuvo más cuidado.
Al margen de esta cuestión, los fan de la saga en la nueva película van a encontrar todos los elementos tradicionales que son parte del mundo de Rápido y furioso.
Desde las canciones de reggaeton a las chicas con shorts ajustados y los héroes super machos a los que les rebotan las balas. Al personaje de The Rock en ese sentido le falta volar y tranquilamente se podría incorporar al universo Marvel.
Entre las pocas novedades del film se encuentra Charlize Theron, en el rol de una villana que nunca se llega a desarrollar, una participación delirante de Helen Mirren y Jason Statham en un rol más humorístico que ofrece buenos momentos.
Kurt Russell tuvo un papel muy acotado y la inclusión de Scott Eastwood (gran remador de Hollywood) parecería tener la intención de ocupar la ausencia de Paul Walker.
El resto es más de lo mismo con la ventaja que el film al menos nunca llega a ser aburrido.
Hay que reconocerle a la saga la virtud de haber llegado a la octava película gracias a una sólida base de fans que todavía apoyan estos personajes.
Si en el pasado disfrutaste las aventuras de Toretto y compañía también te vas entretener con la nueva película más allá de las situaciones delirantes que presenta.