Hermogenes Saldivar es un humilde y analfabeto joven santiagueño que en Buenos Aires trabaja en una carnicera donde comete un homicidio. La burocracia del sistema judicial lo encamina directo a la prisión perpetua. Su vida se cruza con la de Marcelo Digiovanni, un joven y exitoso abogado, a quien no le interesa el caso, pero es obligado a tomar su defensa en un intercambio de favores. Abrumado por la culpa, Hermogenes no colabora con su propia defensa, pero Marcelo irá descubriendo poco a poco la deplorable realidad en la que se hallaba sumergido: una carnicería donde su patrón, Don Latuada no duda en explotarlo y manipularlo a su antojo haciéndole vender carne en mal estado. Hermogenes trabaja noche y día a fin de “maquillar” el estado de putrefacción de la carne. Marcelo intenta echar luz sobre la triste realidad de Hermogenes pero el fiscal, el juez y el sistema judicial están más empecinados en aplicar un castigo que a entender el drama de un hombre sometido a la esclavitud.