En una terminal de micros de un pueblo del centro de Cuba, la cola de pasajeros que aguarda un autobús que los lleve a otro destino no hace más que aumentar, ya que todos los que pasan están llenos. La única esperanza es esperar a que sea arreglado el único transporte de la terminal, un vehículo que parte, alternativamente, hacia Oriente y hacia Occidente.
Emilio ,un joven ingeniero; Jacqueline ,una hermosa muchacha comprometida con un español, un ciego y otros personajes esperan el momento para finalmente poder partir. Los que van hacia La Habana suben al micro al filo de la medianoche. Emilio y Jacqueline, que después de tanta espera habían simpatizado bastante, se despiden aunque con cierto pesar. Pero, al ponerse en marcha, el vehículo se rompe definitivamente y todo parece estar como al principio.
En ese momento Fernández, el administrador, informa que no tiene ningún tipo de solución a su alcance y que no tiene más remedio que cerrar la terminal. La mayoría abandona el lugar, pero Emilio propone quedarse y arreglar ellos mismos el ómnibus. A pesar de las protestas de Fernández, un pequeño grupo decide asumir el reto, y así se va tejiendo una extraña y tierna historia en la que casi todos se van reconciliando con lo mejor de sí mismos.