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Para el estreno de Las Tortugas Ninjas 2 en esta oportunidad tengo dos reseñas diferentes.
La versión común que llega a los cines y la versión del film en salas 4D que pueden leer en mi blog
(Ver nota).
En evidente al ver esta película que en la productora de Michael Bay tuvieron en cuenta las objeciones que se le hicieron al film anterior y en este caso brindaron una propuesta que trabaja un poco mejor a estos personajes en el cine.
El director Dave Green, responsable de Earth to Echo (una buena historia de ciencia ficción que no pasó por los cines locales) reemplazó a Jonathan Liebesman para brindar una película que evoca con más precisión el espíritu de la serie de dibujos animados de los años ´80.
De hecho, esta es la única producción en la filmografía de las tortugas que termina con la famosa canción del programa de televisión.
El film tiene un marcado tono infantil, algo que sobresale especialmente en el perfil que le dieron a los villanos.
Me cuesta imaginar que un niño de 9 años pueda llegar a aburrirse con esta producción y ese es el target de espectadores al que apuntó esta continuación.
Si bien las tortugas conservan el aspecto horrendo que se estableció en el film previo, es justo destacar que el director Green al menos capturó con más solidez lo que solían ser las aventuras de estos míticos personajes.
A través de un conflicto que tiene bastantes similitudes con Las Tortugas Ninjas 2: El secreto de Ooze (1991), el nuevo film incorpora numerosos elementos de la serie animada como los villanos Bebop y Rocoso , Krang, Baxter Stockman, el aliado de los protagonistas, Casey Jones e inclusive el Tecnódromo.
Hasta Destructor, el clásico enemigo de los protagonistas, recuperó su aspecto tradicional y ya no luce como un Transformers.
Ese decir que tanto los chicos de la actualidad como los fans veteranos puede reconocer en la trama elementos clásicos de la franquicia de las tortugas.
El trabajo que hicieron con el aspecto de Bebop y Rocoso es excelente. Los personajes no sólo lucen igual que en la serie animada sino que conservaron las mismas personalidades.
Lamentablemente no se puede decir lo mismo de Casey Jones, donde la interpretación de Stephen Amell (protagonista de la serie Arrow) ni siquiera le hace sombra a la labor que brindó Elias Koteas en la primera película de las tortugas de 1990.
En defensa de Amell se puede argumentar que el guión no le dio muchas posibilidades para destacarse y tampoco ayudó que cambiaran la historia del personaje.
Jones en este caso dejó de ser un justiciero urbano para convertirse en un empleado de una agencia de seguridad que desea ser policía.
Desde los aspectos técnicos la película ofrece secuencias de acción más elaboradas que brindan muy buenos momentos.
Las Tortugas Ninjas 2 no es una producción memorable pero brinda una propuesta entretenida para los más chicos que se deja ver.