Una película más de Rejtman, comedias que no defraudan. Se corre un gran riesgo al no entrar en las premisas que su cine propone y escenifica; personajes automatizados, objetos y sujetos atrapados en un ballet constante, que podría no terminar nunca como podría no comenzar. Rejtman es más deudor de Aira de lo que parece, y en cierto modo confirma lo que se prevee de antemano: un sistema cerrado que construye y vacía sentido en simultáneo.

El director por sobre la película y sobre todas las actuaciones. Se ven demasiados los hilos de Rejtman por delante de todo. El tono displicente y desafectado al hablar de cada uno de los protagonistas se torna un poco cansador transcurridos algunos minutos.Me dió la sensación de una pelicula envejecida antes del estreno. Todo aquello que en Rapado era innovación, todo lo que en Los Guantes Mágicos se hacía querible aquí se convierte en algo anodino.Los 90's revisitados.