Manuel, de veinte años, sale en su moto en busca de su padre, a quien no conoce. En su viaje a la Patagonia encuentra a Carolina, una joven fotógrafa. El inevitable romance se ve afectado por un incidente: Manuel y Moncho (un muchacho provinciano) terminan una discusión de discoteca en una pelea callejera y los dos van a parar a una comisaría de la provincia de Buenos Aires.
Allí, interrogan primero a Moncho, a quien castigan brutalmente. Entre gritos y corridas de los policías, Manuel ve la posibilidad y aprovecha para escapar. Lo primero que hace es buscar a Carolina para así emprender la huida en moto.
Presionado por el comisario Paredes, el sargento Ferraro sale en persecución de Manuel, quien resulta ser el único testigo de la muerte de Moncho.
Tras esquivarlo, la pareja decide separarse para evitar el peligro: Manuel va al encuentro de su padre en Aluminé, en la provincia de Neuquén, mientras que Carolina se toma un micro de regreso a Buenos Aires. A los pocos kilómetros, ella se arrepiente y decide regresar pero es descubierta por Ferraro, quien la sigue hasta encontrar a Manuel.
En Aluminé, Manuel no encuentra a su padre ya que éste se encuentra de viaje, pero conoce a Casimiro, un indígena que trabaja con él en una escuela en la que se enseñan sus tradiciones a los indios mapuches.Las enseñanzas de Casimiro, lo llevan a tomar una decisión que lo transformará para siempre: elegir entre no meterse o atestiguar en contra de los policías.