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Habemus terror en el cine.
Finalmente después de tantas frustraciones con películas mediocres llegó un estreno que por lo menos se puede recomendar para disfrutar en la pantalla grande.
No es una obra maestra, pero ofrece un film bien hecho que logra entretenerte durante una hora y media con una historia de este género.
Oculus es una producción independiente del director Mike Flanagan, quien había realizado Ausencia, estrenada en Argentina en el 2013.
Otra película de terror interesante que cosechó premios en varios festivales de cine.
Su nuevo proyecto es muy atractivo porque logró brindar algo distinto con la explotada temática de hechos paranormales.
Flanagan hizo un gran trabajo con la narración y evitó los clásicos clichés de este tópico para abordar la trama desde otro lugar.
En Oculus, el terror y la tensión se enfocan en los aspectos psicológicos del conflicto, más que el impacto visual barato que se apoya en apariciones de fantasmas y objetos que se mueven solos.
La historia presenta un concepto muy sencillo. Dos hermanos se proponen destruir un espejo maldito que fue responsable de la muerte de sus padres, entre otras personas.
A partir de esta idea el director presenta dos líneas argumentales diferentes que se desarrollan de manera paralela y de a poco van confluyendo en un mismo conflicto.
Un aspecto interesante de este film en el que sobresale también la labor de Mike Flanagan en la edición, donde consiguió construir una narración muy clara y dinámica que permite que el espectador no se pierda entre tantos saltos temporales.
Me quedó la sensación que la trama que se desarrolla en el pasado resultó un poquito más sólida, debido a las interpretaciones de Katee Sackhoff (Battlestar Galactica) y Rory Cochrane (Argo), quienes tienen más oficio que los actores jóvenes que protagonizan el arco argumental del presente.
Más allá de esta cuestión, la película está muy bien hecha, no abusa de los efectos especiales y consigue que la trama sea atractiva de ver hasta el final.
Algo en lo que fallaron la gran mayoría de los estrenos de horror que llegaron al cine este año.
Oculus por lo menos resultó una buena producción que pueden tener en cuenta aquellos que busquen una propuesta de este género.