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Con este estreno no existen los grises ni los términos medio.
Esta película es una propuesta para fanáticos hardcore extremos de Bruce Springsteen.
El resto de los espectadores y críticos de música la van a mirar de afuera porque es una producción realizada por fans para fans de Bruce, que es lo que la hace diferente a otras propuestas que llegaron en el último tiempo sobre artistas de la música.
El documental producido por Ridley Scott no cuenta la historia de Springsteen y la E Street Band, sino que presenta videos de fans de distintas partes del mundo que comparten lo que la música de Bruce representó en sus vidas.
Uno de los aspectos más interesantes de la película es que se retrata los distintos grados de fanatismo y como estas cuestión se viven tan diferente entre hombres y mujeres.
Están las admiradoras apasionadas y descontroladas que parecen clones de Annie Wilkes, la psicópata de Misery y dan un poquito de miedo y son más superficiales y otras que tienen una conexión más profunda con la música y el artista principalmente y no están al tanto de las cuestiones personales de Bruce.
En esos testimonios encontramos las experiencias más relevantes.
Otro aspecto muy atractivo para los fans es que podemos conocer la historias detrás de algunas situaciones locas que quedaron registrados en video en los conciertos de Springsteen y desde hace años se podían ver en You Tube.
Algunos ejemplos de esto son el desopilante caso del imitador de Elvis de Filadelfia o el músico callejero de Copenhagen que en 1988 estaba tocando para la gente y de repente Bruce, que pasaba por la ciudad, se sumó al show y se puso a cantar con él.
Un video clásico que retrató de manera contundente en su momento la relación del músico con su fans que es totalmente atípica.
Si sos fan de Springsteen es absolutamente imposible que no te sientas identificado con algún testimonio porque en varios casos se relata con precisión la manera en que las canciones de Bruce y su manera de ver la vida influyeron en generaciones de fans alrededor del mundo.
Es realmente apasionante ver el poder de unión que tiene la música.
No importa donde vivan los fans a todos los une el mismo sentimiento de amor por el arte de un artista y eso genera una gran conexión entre todos.
Los testimonios se intercalan con interpretaciones en vivo de Bruce que ilustran las experiencias de la gente.
Luego de los créditos finales viene un set de interpretaciones en vivo con algunos grandes momentos del show que Springsteen dio en Londres el año pasado y que terminó con un escándalo cuando los organizadores del evento le cortaron la luz del estadio porque hacía más de tres horas que estaba tocando y no paraba.
En el documental se puede ver el momento en que le piden a Bruce que la corte de una vez porque tienen que cerrar el estadio y es muy divertida su respuesta, más allá que era evidente su enojo.
Los temas en vivo que suenan tremendo en el cine son "Thunder Road", "Because the Night", que incluye un épico solo de guitarra de Nils Lofgren,
"Shackled and Drawn" y "We Are Alive" del último disco "Wrecking Ball" y dos covers de los Beatles ("I Saw Her Standing" y Twist and Shout") junto a Paul McCartney.
Pero la cosa no se termina ahí por que típico en una propuesta de Springsten el documental se extiende con un épilogo donde Bruce se encuentra con algunos de los fans que grabaron sus testimonios para la película.
Reitero, esto es un evento elitista solo para fanáticos extremos que son quienes más van a entender y disfrutar el concepto del film.
A un mes del memorable recital de GEBA esta una gran fiesta rencuentro con la magia de Bruce Springsteen.